Blogia
El viaje de Telémaco

¿Influye internet en que nuestro pensamiento sea más superficial?

¿Influye internet en que nuestro pensamiento sea más superficial?

Hace un par de semanas se publicó en el El País una entrevista a Nicholas Carr, sobre un libro que acaba de publicar, con el sugerente título: "Superficiales. ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes".

La verdad es que me pareció bastante interesante, animo a que lo leáis, a ver qué os parece. ¿Os afecta internet? ¿es vuestro pensamiento más superficial? ¿os cuesta leer textos complejos y largos?

La verdad es que un asunto que he tenido que manejar últimamente tiene que ver con cómo trato de limitar las distracciones. Está claro que si estoy escribiendo este blog y empiezo a recibir llamadas de teléfono, mensajes de correo, entradas nuevas en twitter o facebook, avisos de mi calendario, etc... etc... está claro que no llegaré muy lejos a la hora de elaborar mis ideas. 

Cuando leí el artículo me recordó el lema que hizo tan popular a Lamarck, ése de "la función hace el órgano". En ese sentido, no creo que sea internet (o vete a saber a qué nos referimos actualmente cuando usamos esa etiqueta) en sí lo importante, sino cómo lo usamos, o cómo realmente aprendemos a usarlo. 

En ese sentido, me gusta mucho más participar en una red de blogs (donde la gente puede expresarse con más extensión y detalle) que una red más rígida y estandarizada como facebook o twitter, a las que, no termino de acostumbrarme. Son para mí como un sitio que visitar de vez en cuando, y por ello, no soy más que un visitante, no me establezco del todo. 

Aunque si tenemos en cuenta el papel de estas redes a la hora de coordinar a mucha gente para llevar a cabo una acción conjunta (véase su influencia en Túnez o Egipto) desde luego parece que pueden añadir mucho, y desde luego sus efectos no son tan superficiales (o ya veremos). 

Siguiendo con lo de Lamarck, si algo me vuelve más superficial últimamente, puede que sea mi incapacidad para poder estar haciendo sólo una actividad (como escribir, leer, pensar...), más por el ritmo laboral que tenemos, que como decía antes, suele estar lleno de interrupciones. 

Claro, una interrupción sólo tiene sentido visto desde la perspectiva de una actividad que requiere nuestra atención. Si extendemos lo que significa actividad (en vez de leer, estar en el despacho u oficina) que llamen por teléfono o llamen a la puerta, no es en sí una interrupción, sino algo normal y esperable para lo que es estar en el despacho. Desde luego la habilidad de gestionar múltiples tareas a la vez, de llevar a cabo simultáneamente varias actividades, resulta cada vez más necesaria. Y no creo que en eso influya tanto internet como nuestro ritmo de vida en el trabajo, así como la cantidad de proyectos en los que participamos. 

Ahora mismo estoy escribiendo esto y tengo abiertas 14 pestañas en mi navegador. Además tengo cuatro pestañas del correo, dos carpetas minimizadas y un par de documentos de office minimizados también. Justo en este momento me acaba de llegar un mensaje, que estoy posponiendo, no habría nada peor que dejar de escribir e ir a leerlo. Curiosamente no estoy escuchando música, eso hoy es una novedad. 

Leí hace tiempo, no recuerdo la referencia (será evidencia de mi pensamiento superficial) pero sí el libro en el que lo leí "De la autoestima al egoísmo" de Jorge Bucay, una investigación que probaba los recursos cognitivos que dedicamos a pensar acerca de nuestros asuntos inconclusos (sobre todo cuando no podemos finalizarlos al  verse interrumpidos). La tarea era algo así como proponer a un grupo de personas que resolvierean un problema X por escrito. A un grupo se les permitía finalizarlo, a otro se les interrumpía a mitad. Después de un descanso se les proponía otra tarea y se les medía el tiempo de reacción. El segundo grupo, interrumpido, tardaba mucho más, explicado en parte por estar aún dedicados (más inconsciente que conscientemente) a la primera tarea, que en parte interfería con la segunda. 

Si esto es así, yo estoy lleno de asuntos inconclusos que me tendrían que estar impidiendo todo proceso de concentración o focalización en una nueva actividad, aparte del efecto que tenga o deje de tener internet. 

En fin, desde luego es una habilidad fundamental a desarrollar en nuestro tiempo. Desde luego, actividades como meditar, podrían ayudarnos a poder focalizar nuestra atención sobre algo muy específico, o sobre la propia focalización en sí. 

Pensaré más sobre eso... desde luego, acabo de ver en mi agenda que mañana tengo relativamente libre la mañana, así que aprovecharé para perderme en alguna biblioteca donde nadie pueda encontrarme, donde iré sin móvil y sin portátil, y a ver qué pasa...

4 comentarios

Un manifiesta conocida -

Per practicar el catalá i també el castellá ;) molt clarificado

http://www.societat20.com/

Coneix a font la història i evolució dels mitjans de comunicación. Anima`t a descubir quins són els fets mes important que ha marcat l’abans i el després al llarg de tots aquests anys.

Cada vegada que un bloc s’acabi el seguents es carregara automaticament

Molt bò el bloc 4 XD


Anonimo -

Multiatareados, superconectados, e hipersuperficiales= Faltos de creatividad.

La bisabuela de Nicholas Carr -

Absolutamente en desacuerdo con este autor ,es más opino que su miedo a la incertudumbre de la era tecnología -le hace crear - en su caso libros, pues escribe sobre ella...

Le da de comer ,como a tantos otros...y desde luego los nuevos perfiles laborales están en la red; así que humildemente le sugiero un enfoque más pragmático y menos marketing de venta de un libro ...?¿ le pagan para que lo haga desde este otro enfoque ? ¿ Quienes ? ¿ google? ¿ una editorial que pierde dinero al no vender on-line ?...¿ Cuanto vale su libro ,ha hecho un precio especial para la crisis ?...344 pág
Precio:19,50 €.¡¡ venta asegurada ¡¡ muy bien pensado ¡¡

Nuevo enfoque :

¿ La red genera nuevos puesto de trabajo , aquellos que un día arrebató ?...efecto boomerang y cíclico de la tecnología.

¡Qué bien argumenta pero son palabras ¡...pues que haga un ACTO ...un gesto altruista y lo suba a la red gratis , o de un tanto por cierto de sus ventas algún organismo humanitario ...

¡¡ QUÉ DE, LO QUÉ RECIBE AL ÚTERO DE DONDE SURGE SU INSPIRACIÓN ¡¡.



Internet y mi identidad virtual limitada -

El reloj mecánico, que comenzó a usarse corrientemente en el siglo XIV, brinda un ejemplo convincente. En Technics and Civilization (Técnicas y civilización), el historiador y crítico de la cultura Lewis Mumford describió la forma en que el reloj ?desasoció el tiempo de los sucesos humanos y contribuyó a crear la idea de un mundo independiente de secuencias matemáticamente mensurables?. El ?marco abstracto de tiempo dividido? se convirtió en ?el punto de referencia de la acción y el pensamiento?.

El tictac metódico del reloj contribuyó al surgimiento de la mente científica y del científico, pero también se llevó algo. Como observó el difunto científico de computación del MIT(2) Joseph Weizenbaum en su libro de 1976, Computer Power and Human Reason: From Judgment to Calculation (El poder de la computadora y la razón humana: del juicio al cálculo), la concepción del mundo que surgió del empleo extendido de los instrumentos de llevar el tiempo ?sigue siendo una versión empobrecida del antiguo, porque descansa en un rechazo de las experiencias directas que formaban la base de la antigua realidad y, de hecho, la constituían.? Al decidir cuándo comer, trabajar, dormir, levantarse, dejamos de escuchar a nuestros sentidos y comenzamos a obedecer el reloj.

El proceso de adaptación a nuevas tecnologías intelectuales se refleja en las cambiantes metáforas que usamos para explicarnos a nosotros mismos. Cuando llegó el reloj mecánico, las personas comenzaron a pensar que sus cerebros operaban ?como mecanismos de relojería?.

Hoy, en la era del software, hemos llegado a pensar que operan ?como computadoras?. Pero los cambios, nos dicen las neurociencias, son mucho más profundos que la metáfora. Gracias a la plasticidad de nuestro cerebro, la adaptación se produce también en el nivel biológico.

Internet promete tener efectos de especial alcance en la cognición. En un trabajo publicado en 1936, el matemático británico Alan Turing demostró que era posible programar una computadora digital, que en aquella época existía sólo como máquina teórica, para que realizara la función de cualquier otro dispositivo de procesamiento de información. Eso es lo que estamos presenciando hoy. Internet, un sistema de computación inconmensurablemente poderoso, está subsumiendo la mayoría de nuestras otras tecnologías intelectuales. Se está convirtiendo en nuestro mapa y nuestro reloj, nuestra imprenta y nuestra máquina de escribir, nuestra calculadora y nuestro teléfono, nuestro radio y nuestra televisión.

La idea de que nuestras mentes deben operar como máquinas de procesamiento de datos de alta velocidad no sólo está incorporada al funcionamiento de Internet, sino que es también el modelo comercial reinante de la red. Mientras con mayor rapidez naveguemos por la Red ?mientras más enlaces podamos cliquear y más páginas veamos? más oportunidades ganan Google y otras empresas de recopilar información sobre nosotros y alimentarnos anuncios.

La mayoría de los propietarios de Internet comercial tienen interés financiero en recopilar los mendrugos de datos que dejamos atrás cuando revoloteamos de enlace en enlace? mientras más mendrugos, mejor. Lo último que desean estas empresas es fomentar la lectura pausada o el pensamiento concentrado, lento. Es interés económico suyo llevarnos a la distracción.

Puede que yo sea sólo una persona que se preocupa más de lo debido. Del mismo modo que existe una tendencia a glorificar el avance tecnológico, existe una tendencia opuesta a esperar lo peor de todo instrumento o máquina nueva.


Pero, de nuevo, la Red no es el alfabeto y aunque pueda sustituir a la imprenta produce algo por completo diferente. El tipo de lectura profunda que promueve una secuencia de páginas impresas es valiosa no sólo por el conocimiento que adquirimos de las palabras del autor, sino por las vibraciones intelectuales que esas palabras desencadenan en nuestras propias mentes. En los espacios de calma abiertos por la lectura sostenida, sin distracción, de un libro o, si a eso vamos, por cualquier otro acto de contemplación, realizamos nuestras asociaciones, trazamos nuestras propias inferencias y analogías, promovemos nuestras propias ideas. La lectura profunda, como afirma Maryanne Wolf, es indistinguible del pensamiento profundo.

Si perdemos esos espacios de quietud o los llenamos de ?contenido?, sacrificaremos algo importante no sólo de nuestro propio ser, sino de nuestra cultura. En un ensayo reciente, el dramaturgo Richard Foreman describió con elocuencia lo que está en juego:

En el mundo de 2001, las personas se han hecho tan similares a máquinas que el carácter más humano resulta ser la máquina. Esa es la esencia de la oscura profecía de Kubrick: según confiemos en las computadoras para mediar nuestra comprensión del mundo es nuestra propia inteligencia la que se aplana hasta convertirse en inteligencia artificial.


El libro Nicholas Carr, The Big Switch: Rewiring the World, from Edison to Google, se publicó en el año 2008