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El viaje de Telémaco

Feedback de la anterior sesión de HHSS

Feedback de la anterior sesión de HHSS

Hola a todos y todas

 

Bueno, lo prometido es deuda. Aquí va lo que no tuve tiempo de expresar el otro día en clase de HHSS por falta de tiempo. 

 

La verdad es que fue una sesión interesante. Primero que nada porque no hice nada de lo que tenía previsto inicialmente. Quería dedicar la sesión a hablar de cuestiones epistemológicas, metodológicas y tecnológicas propias de los programas de Habilidades Sociales, dado que vamos a empezar a diseñar una sesión en breve. Esa sesión iba a incluir un análisis de "pifias" o pequeños errores, sobre todo míos, que quería que reflexionáramos. Pero todo cambió cuando me di cuenta, tras prepararlo todo que si cambiábamos de fase, era mejor que tratáramos de integrar un poco lo trabajado previamente. No es que no lo hubiera pensado antes, sí, por eso dije que haríamos un "mix", es que comprendí que era necesario dedicarle todo el tiempo de la sesión. 

Así que dedicamos la sesión a aplicar todo lo que habíamos aprendido sobre la habilidad de hablar en público, de expresar ideas ante una audiencia. El tema era sencillo aparentemente: compartir en grupos las habilidades personales en esa habilidad, en ese momento. Si tuviéramos que diseñar una intervención para mejorar u optimizar nuestro desempeño, ¿qué podríamos hacer? Después, tras elegir a una persona concreta, el tema era trabajar para ella, un caso real en vivo. Después poder llevar a cabo el desempeño para posteriormente comprobar. El ciclo podría continuar a partir de ahí. Es el patrón habitual de sabemos algo, que aplicamos para posteriormente investigar y comprobar sobre dicha aplicación o hacer, a efectos de saber más. 

Bueno, tras escuchar y observar a algunos grupos y observar a los participantes que expusieron el tema del país, ahora viene lo que no tuve tiempo de expresar. 

En el primer cuatrimestre, en el Master de Docencia, nos fuimos en Noviembre a Sigüenza a trabajar parte del módulo sobre procesos de aprendizaje y enseñanza. Como parte de ese taller, se me ocurrió plantear a los alumnos (profesores de universidad) un ejercicio que consistía en lo siguiente: Estaban divididos en grupos según su área de conocimiento (Ciencias Sociales, Tecnológicas y Sanitarias que había 2, si no recuerdo mal), cuatro grupos que tenían que juntarse luego en dos grupos más grandes. En esos nuevos grupos tenían que A) enseñar algo que controlaban (un contenido que dominaran), B) enseñar algo que no fuera académico pero que conocieran, C) enseñar algo que no conocieran. 

Ante la tercera situación, la C, todos inicialmente reaccionaron diciendo que no podían enseñar algo que no conocían. Yo les planteé que trataran de explorarlo, a ver qué pasaba. Bueno, tras observar a los distintos grupos, en general la situación C a mi fue la que me pareció más interesante, más creativa, más colaborativa, más participativa, todo el grupo actuando. Eso sí, sólo dos grupos la eligieron como la más significativa. Otros dos grupos eligieron la A. 

Cuento esto porque una obsesión de muchos grupos, en la anterior sesión, consistía en saber de antemano qué contenido se iba a tratar. Es como que condicionaban su seguridad al conocimiento del contenido del que tenían que hablar. Por eso lo conecté con esta experiencia con los alumnos del Master de Docencia Universitaria. 

Estamos tan obsesionados con el contenido que nos olvidamos de todos los procesos involucrados (y para qué hablar de los patrones ;)

Un aspecto fundamental para mi tenía que ver con que el contenido lo elegía yo, en el último momento. La verdad es que el contenido me daba igual, yo estaba observando muchas otras cosas. Lo interesante de las intervenciones que había que preparar es que se tenían que centrar por necesidad en distinciones procesuales que habíamos estado trabajando. Pero no sé hasta qué punto esto fue así. Sé que hubo grupos que trabajaron cuestiones de respiración, de relación, de gestión del espacio. Pero no sé si trabajaron otras cuestiones como qué expectativas tenían, qué tipo de motivación les impulsaba, a qué iban a atender, etc... etc...

Un tema fundamental que percibí en muchos grupos subyacía a esta prioridad por conocer el contenido. Lo que subyacía era una necesidad de control. Esto se relaciona con priorizar ante todo nuestra seguridad (probablemente sentida, sentirse seguros, controlando la situación). No tuve tiempo si esto estaba también vinculado a cuestiones de logro, de querer demostrar pericia o querer evitar demostrar inhabilidad, o hacer el ridículo, etc...

Como les planteé, buscar el control por parte del contenido, para mi era parte del problema que muchos tenían. Curiosamente, la solución intentada (ganar control preparando mucho el contenido) no hacía más que reforzar la necesidad por el control y la propia seguridad. 

No es que el control no sea necesario o importante. Por supuesto que sí. O que el contenido igualmente no sea importante. Por supuesto que sí. El problema es cuando tanto el control como el contenido, casi que se convierten en lo único. 

Es como si a la hora de hablar en público todo se limitara a tener un buen producto. Es como si a la hora de vender ahora, todo se redujera a tener un buen producto en el que se cree y que es de por sí interesante (como si las cosas fuera de por sí de alguna manera, algo propio de pensar desde epistemologías realistas, claro). 

Esto presenta varias limitaciones. Primera, nunca lo tienes todo controlado, o lo sabes todo perfectamente sobre algo. Así que si te incomoda no tenerlo controlado, nunca lo vas a tener todo controlado, con lo que nunca te sentirás seguro. Algo que suele ocurrir bastante a menudo.

Otra cuestión sería no atender al contenido como producto, sino como proceso. Y eso abre muchas otras posibilidades. Construir tu seguridad, o tu sensación de control, a medida que avanza el proceso de la expresión. Por eso, cualquier imprevisto puede ser incluido como parte de lo que ocurre, no como un obstáculo a lo que se había planificado previamente (como producto cerrado). 

Otra limitación, es que cuando se parte de un contenido muy claro, es fácil caer en una relación unidireccional: se dicta ese contenido, que es casi como una cosa que se puede transmitir sin más, desde A hacia B. Y eso, claro, repercute en la manera de expresarse. Principalmente, porque implica un tipo de relación unidireccional muy evidente, poco sensible a los otros o al contexto, y más centrada en uno mismo, o mejor dicho, en el contenido en sí que se transmite o se intenta transmitir, o dictar. Uno puede estar fácilmente más pendiente del contenido que del proceso en sí de comunicarlo, que implica relaciones más complejas con los otros. 

Al diseñar la actividad tenía muy claro que nadie conocería el contenido, para poder atender a otras cuestiones. Y me parece que en general fue así en la mayoría de los que expusieron. Aparte de lo que fueran aplicando, como parte de la intervención diseñada en cada grupo, se notaba en todos que iban desarrollando sobre la marcha una serie de ideas, que apenas habían tenido tiempo de preparar previamente. También les vi interactuando activamente con el grupo, haciendo preguntas, viendo cómo reaccionaban, tomándose tiempo para pensar, algo fundamental, etc... etc... Eso es algo que no haces necesariamente cuando ya sabes algo muy bien, pensar, para qué, si ya lo has pensado antes. El problema es que el que escucha tampoco generalmente tiene mucho tiempo para pensar, ja...

Bueno, me gustó mucho escuchar y observar a los que salieron. Lo importante de este tipo de prácticas, es que pase lo pase se obtiene información útil sobre la que seguir aprendiendo, construyendo, elaborando, investigando, explorando. Claro, sólo si se atiende a ello, más allá de un juicio de todo lo que se ha hecho, como ejemplo de un mero producto: la exposición X. 

Así que felicidades a todos, los grupos por vuestras intervenciones, y a los que salieron por salir y aprovechar tan bien esa oportunidad. Espero que diera de sí.

Mi propósito con esa práctica, consistía en integrar y revisar (usándolas) nuestro conocimiento logrado a lo largo del segundo cuatrimestres, sobre la habilidad trabajada, para poder transitar hacia otra parte de la asignatura. Espero que la sesión contribuyera a ese propósito, más adelante podré seguir comprobándolo. 

Un saludo

13 comentarios

Sara -

Hola a todos.

He estado reflexinando varios días en silencio (es lo que tiene ser ermitaño), revisando mi base experiencial y conectándola con las actividades del Practitioner, y me he dado cuenta que mis procesos "estrella" han sido los menos pensados para iniciarlos, aquellos en los que me he dicho "hazlo" y lo he hecho.

Cuestiones que me planteo antes de tomar cualquier decisión como, por ejemplo, si podré con ello, las consecuencias de los posibles errores, el tiempo que será necesario emplear, si me impedirá hacer otras cosas,etc., sencilamente, se resolvieron sobre la marcha.

Voy a seguir haciendo más cosas sin pensármelo mucho para ver qué pasa ahora que entiendo el proceso.

Carmenchu -

Hola Juanjo:

Felicidades por esta última entrada ¿ la generó la primera?..

Vaya desarrollo..de P.M.

Creo que pensaré en incluirte en alguno de mis próximos trabajos.

1 beso,
PD: ¡ cuidado con la hoguera de vanidades, pues puedes viajar al averno..¡

¡¡¡ FELICIDADES DE NUEVO ¡¡¡

Juanjo -

Hola a todos de nuevo!

Quería escribir para hacer referencia a un par de cositas que se han comentado en los últimos post.

Lo primero sería preguntarnos acerca de qué tenemos seguridad o qué es lo que tenemos controlado, esto me da mucho que pensar. La seguridad se puede analizar en mucho más detalle creo y desde luego sería conveniente distinguir entre aparentar seguridad sobre algo y tener seguridad sobre algo.
Con ello, se pueden dar diferentes combinaciones de personas inseguras que manifiestan seguridad o al contrario.

Hay una investigación de Alejandro en la que trata el tema de la seguridad y en ella ofrece unas cuantas distinciones en cuanto a ello como: seguridad de producto, seguridad de respuesta y seguridad de proceso. Y también se me ocurren otros tipos de seguridades sobre lo oportuno de las preguntas que hacer al grupo, los feedback, seguridad en el espacio, seguridad a la hora de distribuir los contenidos, los procesos en el tiempo, seguridad ante lo imprevisible (porque está incorporado en el proceso), seguridad de alternativas, de opciones, seguridad en equilibrar lo subjetivo, objetivo y contextual…

Creo que si tienes la seguridad es porque has gestionado correctamente la duda y para mí esto es lo más importante.
El caso es que si pienso en este mismo instante en mi habilidad para hablar en público y con ello cierro los ojos puedo ver una representación subjetiva de la misma, una imagen con algunos sonidos, algunas palabras e incluso la sensación de frotarme las manos que es algo que hago muy frecuentemente, pero a la vez que estoy pensando en ella experimento una sensación en el estómago mientras escribo (puede que sea el café de máquina que acabo de tomarme o quizá que esta mañana no tomé mi vaso de agua, no sé,… ). El caso es que puedo distinguir entre este barullo un pensar en si puedo hablar en público, un sentir que me conecta desde el estómago y un sentimiento evaluativo acerca del sentir que es de comodidad/ incomodidad, bueno/ malo, etc.

Cuando me veo a mi mismo hablando en público y escucho lo que digo hay algo que se repite y es “Hola buenos días, quería hablaros de…” y el tono va bajando hasta hacerse inaudible y la imagen poco a poco se va difuminando hasta perderse y hago grandes esfuerzos por mantenerla viva, bien contrastada con el fondo, muy iluminada, le subo el tono, la hago más grande, pero vuelvo a decir lo mismo y se pierde de nuevo.
Creo que si se pierde la imagen es porque la habilidad no está completa y puede que esté generando información falsa. La última vez que hablé en público fue en las oposiciones de primaria del año pasado. Al terminar una maestra del tribunal me dijo asombrada:
- ¡Guau! ¡Jamás había visto a una persona que se interrumpiera a sí mismo!

Si alguien me preguntase que si tengo la habilidad de hablar en público creo que diría que sí pero porque mi rol de maestro lo lleva incorporado y ese contexto desde el que lo pienso me ofrece seguridad, pero si pienso desde diferentes marcos mentales o posicionamientos la cosa cambia:
- ¿Y si soy conferenciante?
- ¿Y si soy presentador de un programa televisivo?
- ¿Y si soy un alumno y tengo que hacer una presentación en clase?
- ¿Y si soy público y tengo que hacer una pregunta a alguien que está hablando?
- ¿Y si soy maestro/profesor y hablo a mis alumnos de infantil?, ¿de primaria?, ¿del instituto?, ¿de la universidad?
- ¿Y si tuviera un cargo público?
- ¿Y si tuviera responsabilidad en una gran empresa?


Más concreto, si Alejandro dice que alguien de cada grupo va a salir a exponer, enseguida experimento la sensación de sobrecogimiento en el estómago y no puedo atender a otra cosa que no sea a mí. Pero claro, si el marco de referencia social es que estamos en una clase, es una situación de aprendizaje, pero ¿desde donde estoy atendiendo yo?, ¿por qué estoy acojonao? Puede ser que mi marco mental sea de una persona que está enfrentada a un tipo de prueba vital y desde un tipo de pensamiento dualista en el que tiene que demostrar que posee esa habilidad en términos dicotómicos de si puede o no puede. Podría VERLO como un tipo de juego, de exploración, de experimento si se quiere y así cambiar subjetivamente el contexto desde el que atender.

Creo que a lo de objetivo, subjetivo y contextual podemos reflexionar y explorar aún más.

En ocasiones he oído hablar a Tim acerca de que si atendemos al mundo desde lo que sabemos estamos limitados pero si lo hacemos desde el aprendizaje se abre un abanico de posibilidades si somos capaces de estar cómodos en la incomodidad porque esa es la evidencia de que estamos aprendiendo.

Entonces, ¿para que quiero eliminar esa sensación de nerviosismo, de incomodidad al hablar si ello me está dando la evidencia de que estoy aprendiendo la habilidad de hablar en público?

Saludos.

David -

Alejandro:

[...] Otra cuestión sería no atender al contenido como producto, sino como proceso. Y eso abre muchas otras posibilidades. Construir tu seguridad, o tu sensación de control, a medida que avanza el proceso de la expresión. [...]

Me gusta mucho lo que dices hasta aquí, pero también me suscita otras preguntas (debes de haber optado por una exposición de razonamientos de tipo divergente). Quizás, esa necesidad que comentas de control sobre el contenido, no tenga su principal problema en que se prioriza el contenido por encima de lo demás por el mero hecho de que se trate del contenido, a ver si me explico, creo que la necesidad real por parte del torpe expositor, por mi parte, por ejemplo, es la de sentir que se ha hecho todo lo posible para luego, por si algo sale mal, tener al menos esa parte de responsabilidad cubierta. Es como una especie de autoindulgencia, de autoexcusa anticipada, pero ¿por qué toma por objeto de control el contenido y lo el resto de procesos donde éste se inserta durante una conferencia pública? Creo que porque el contenido es tangible, mensuable, palpable, etc.. y dirigir tu atención, esfuerzos y energías hacia el control de algo "real" (como es el contenido a tratar en una futura exposición pública) puede ser que parezca más lógico y racional que tatar de deconstruir la realidad (no se me ocurre otra expresión) para que, tras verla de una manera más nítida, sea la forma de navegar y fluir por ella, la que te de esa sensación de seguridad que se construye, desde el inicio hasta el final. Claro está, si es que en realidad nos proponemos como objetivo hacer algo más allá de dictar contenidos o ideas, como si estas contuvieran en sí mismas el verdadero valor de la cuestión... y otra cuestión se me ocurre ahora, ¿qué sucede cuando es la propia audiencia quien está ávidada de dictados y precocinados, y le suena a chino todo esto construir, Alejandro? (aunque quizás yo mismo también podría contestar pues no puedo negar que en ocasiones haya estado predispuesto a la transmisión... pero ¿y si el propio proceso de aprender también se aprende?)

Gracias por este informal y poco serio post, Alejandro. Nos hace aprender.

Buenas noches a todos.

Esther -

Hola Alejandro y hola a tod@s.

En primer lugar, agradeceros este resumen puesto que no pude compartir la experiencia. Me hubiese gustado mucho.

Personalmente sufro mucho a la hora de hablar en público y no dominar el contenido, aunque bien es cierto que se pierde frescura, espontaneidad e identidad propia cuando lo priorizamos. Por otra parte, al asimilar, acomodar e integrar ese contenido en nuestra experiencia lo hacemos nuestro. Creo que cuando te dejas invadir por ese conocimiento deja de ser un postizo para formar parte de lo que eres, luego en este sentido, un discurso puede ser transparente para dejar al ponente ante su desnudez, ante su propia identidad.

El problema es el contexto. Creo que solemos vivirlo como una evaluación, como un juicio permanente de la realidad que ha pasado por el filtro de nuestra propia experiencia, nuestro sesgo. Es en esas circunstancias cuando, como dice Alejandro, "nos obsesionamos tanto con el contenido que nos olvidamos de todos los procesos involucrados". Nuestra experiencia nos dice que ante una exposición nos están calificando por la pertinencia de la información que emitimos, y calibrar la balanza en este sentido hace que ignoremos otros componentes, puntos fuertes, que no sabemos explotar y de los que nutrirnos para embellecer los conocimientos que tratamos de compartir. Por eso, la dinámica realizada en el máster en la que tenían que hablar de algo que no dominaban, hace que la atención se centre en la propia persona para que explorasen sin distractores cuáles son las posibilidades de actuación. Es como ir investigando nuestros límites y potencialidades porque las circunstancias sociales nos han inhibido esa exploración.

El ámbito académico merma el que nos estudiemos en estado puro por la hegemonía de lo curricular, de lo externo. Estos aprendizajes escolares que nos han restado maniobra de acción nos han hecho construir toda una serie de creencias y juicios de lo que se considera logro, y por tanto elaboramos nuestro andamiaje sobre una estructura que dista de darnos seguridad porque no la hemos forjado nosotros. Creemos que la seguridad está en los contenidos cuando lo valioso está en nuestra naturalidad. Por eso, adquirimos control cuando creemos dominar la información que vamos a compartir, no porque la sepamos, sino porque la hemos adaptado a nuestra subjetividad haciéndola transparente, como decía al principio.

Ese falso control puede venirse abajo ante un imprevisto, una pregunta de un oyente que nos genere una disonancia cognitiva, un descoloque; por tanto, ante la inestabilidad de lo que no es inherente a nosotros mismos, ¿por qué no empezamos a trabajar lo importante? Debemos estudiarnos por dentro, así explotaremos y potenciaremos algo de estabilidad por hallarse en nosotros.

Empecemos la lección. Abramos el libro por la página de nuestro día de nacimiento.

Un abrazo muy fuerte a todos.

Paloma -

A la "atención" del público.

Tratar de reunir todas las ideas que habeís destacado y las que podeís generar y regenerar me va a llevar un tiempo del que no dispongo en este momento. Claro que eso puede ser motivo más que suficiente y justificado para que no haga este comentario ya que no puedo dar una respuesta completa aunque sí pensar sobre la marcha "acerca del" tema que está sobre "el papel" y reflexionar sobre cuestiones que me posicionen mejor ante la clase de esta tarde.

Como parte del proceso...este post y como parte de mi proceso personal esta respuesta.

Una vez manifestado que no domino el contenido (y no por ello no dejo de contestar) voy a la parte de los juicios.
¿Qué me queda? Quizá atreverme a expresar mi opinión, desde la experiencia de recoger información que fue como me planteé la clase anterior y lo hacia no sólo desde la persona que iba a hablar sino también desde lo que yo pensaba que podia aportar y por qué destacaba esa información y no otra. De nuevo, tratando de ser más consciente de mis propias proyecciones y de las proyecciones de otros.
Aunque de vez en cuando nos guiabamos por la información objetiva (tratábamos de ir situándonos en el esqueme que nos dió Alejandro) volvíamos a cómo te sientes y cómo nos sentimos los demás. Eso, a priori, parecería sufiente para darnos cuenta de que todos habiamos tenido experiencias similares por lo tanto el público podía empatizar de alguna manera si volvía a ocurrir. Pero claro, no es suficiente, por que sólo somos una pequeña muestra del público, realmente, no sabemos aunque intuimos, si a todo el mundo le ha pasado alguna vez lo mismo que nosotros. Pero a ciencia cierta no lo sabemos y eso nos pone nerviosos,por lo que pienso que en el cómo también estamos priorizando el contenido y a su vez, hacemos juicios que nos impiden desarrollar el tema con naturalidad.

En fin, de lo que trabajamos en el grupo, destacaré el por qué. Creo que fue lo más potente o al menos para mí.(Debe ser un consuelo ante la ignorancia del qué y la insuficiencia del cómo)

Desde el principio mantuvimos que el grupo quería hacerlo lo mejor posible ayudando a la persona que era un "si mismo" no señalado todavía y cada uno a su manera y en su forma de entender participaba y colaboraba para que aquello saliera porque para eso estabamos allí, para eso aceptabamos el reto, porque era la oportunidad de mejorar o al menos utilizar otra forma más consciente y de manera diferente el hablar al público e integrar lo trabajado.

Este es mi feedbak de recoloque para la próxima sesión.

Buenos dias y muchas gracias.
Paloma

Gloria -

Gracias, Alejandro, por plasmar en palabras lo que quedó bullendo en tu cabeza en el precipitado fin de la pasada sesión. Aunque no nos podemos quejar de falta de espacios para compartir ideas en el aula... la verdad es que este es un contexto diferente que, aunque no quiero reiterar lo que tantas veces salió en el post de “blogging” :), me parece repleto de posibilidades de lo más sugerentes. Leemos, reflexionamos sobre lo que el otro ha escrito y... hay una respuesta, que a veces se plasma en forma de un feedback (¿o sería ya feedforward?) como el que tú nos dabas aquí o que otras se acomoda en un lugar, más o menos recóndito, de nuestra mente.

De todo lo que habéis escrito, me han llamado atención diferentes cosas:

-HABLABAS DE LA GRAN PREOCUPACIÓN QUE, EN TÉRMINOS GENERALES, SUELE ANIDAR EN NUESTRAS CABEZAS A LA HORA DE HABLAR EN PÚBLICO: DOMINAR EL CONTENIDO.
Nos contaste hace tiempo que en una ocasión te enfrentaste a una situación en la que tenías que dar una clase sobre algo que apenas conocías. Tu primera reacción... inseguridad, como la que creo que sentiríamos la mayoría de nosotros. En principio yo veía imposible hacer algo así, pero luego comenzaste a hablarnos de herramientas, de recursos... y me fui dando cuenta de que... la posesión de ciertas habilidades (reunidas bajo mi punto de vista bajo la sombra de esa “seguridad interior” de la que hablaba Patricia) nos podía dar la llave para llegar a otros, o para hacer que otros llegaran a algo de lo que nosotros no éramos expertos, pero... ¿no vale más un buena guía que la copia de una guía...?
A mí... reconozco que me ocurre: me siento más “segura” cuando domino aquello de lo que voy a hablar... Sin embargo, ahora me da por preguntarme lo siguiente: si contamos con seguridad “per sé”... ¿el dominio del contenido pasa a no importarnos en absoluto? ¿o siempre tendrá cierto peso en la calidad de nuestro coloque ante una situación de hablar en público...?

Ahora estoy en una fase de cuestionarme lo del contenido... precisamente porque algo que ha dicho Juanjo me ha hecho pensar... “ Desde luego esto es como todo, se puede tener un “conocimiento de algo” y un “conocimiento acerca de algo” o hay gente que sabe lo que hace y tiene un conocimiento teórico de una habilidades concretas pero no lo conecta con la práctica y gente que no sabe cómo lo hace y no puede teorizar sobre ello pero tiene unas habilidades increíbles”
A esto puedo decir varias cosas:
--En mi larga experiencia como “receptora” de los mensajes que personas que sabían (o creían saber algo) nos enviaban... puedo afirmar que, en términos generales, no han sido aquellos que, al menos aparentemente, dominaban mejor el contenido, han sido los que más me han “llegado”. También me pregunto si esos oradores se despeinaban al pensar en la reacción que en mí producirían... si creemos que no, esto que digo no tiene ningún sentido: seguirán aferrándose al dominio del contenido porque, para ellos, gracias a este, su desempeño está siendo el deseable.
--¡Qué difícil enlazar teoría y práctica para que formen un agradable continuo...! Si tuviera que elegir de entre las opciones que desgranaba Juanjo... me quedaría con la última: yo quiero tener unas habilidades increíbles aunque no pueda teorizar sobre ellas!! : ) Al fin y al cabo... ¿no es eso realmente lo que se esconde tras la espontaneidad...? o... ¿la espontaneidad puede estar fríamente calculada...?
*Antes de dejar lo del contenido... quería hacer un breve apunte. He creído entender que, cuando propusiste a los compañeros el tema sobre el que hablar, se mostraron inseguros porque no lo dominaban... ¿? (a pesar de que, como bien dices, precisamente el contenido te preocupaba poco; era más cuestión de procesos lo que querías que se trabajara). La verdad es que, cuando les vi en escena, pensé que un punto a su favor, y que pudo mitigar el recelo que a muchos produce el hablar en público, era precisamente el hecho de que hablaban sobre algo que conocían muy bien: su propia vida, una experiencia pasada o futura (un viaje, una ciudad), algo además sobre lo que podrían hablar a placer sin temor a que nadie les cuestionara... ¿Quizá ya no estamos hablando tanto de “dominar el contenido” como de “ensayar” previamente como voy a transmitir ese contenido”?

De todas maneras... me quedo con lo que decías de: “El problema es cuando tanto el control como el contenido, casi que se convierten en lo único”.

-HASTA AQUÍ HABLÁBAMOS DE “CONTENIDO”, PERO AHORA QUIERO PRESTAR ATENCIÓN A LA PALABRA QUE LE ACOMPAÑABA...: “DOMINAR”.
La verdad es que en nuestro grupo de trabajo de la sesión anterior no nos centramos para nada en el contenido, pero curiosamente... sí en el dominio, en el dominio de otra variable, una que, en ese momento, a todas nos parecía más importante: NOSOTRAS MISMOS.

Hablamos de AUTOCONTROL: nos parecía importante ser conscientes y capaces de gestionar elementos como nuestra respiración, nuestra tensión, nuestro tono de voz... Como bien decía Alejandro, esto pudo hacer que no trabajáramos cuestiones de otro tipo (expectativas, motivación, a qué atender...), igualmente importantes. Supongo que en ese momento priorizábamos el “yo” frente al “contexto” o “el otro”. Supongo también que, de alguna manera, partíamos de la necesidad de conseguir un nivel de afiliación lo suficientemente alto como para enfrentarnos a otras pretensiones, como para dar respuesta a otros otros niveles de motivación.
Cuando pienso en la necesidad, o a veces tendencia, que tenemos de centrarnos en nosotros mismos recuerdo lo que dijo Alejandro de que era recomendable ser conscientes de nosotros mismos pero... ¡no hasta un nivel que pudiera producir bloqueo! (si me centro mucho en lo nervioso que estoy probablemente, si no lo gestiono bien, no haré más que empeorar la situación).
De ahí que piense que, si bien todo lo que comentamos en grupo en la pasada sesión tiene mucha importancia (sobre todo nosotros le atribuimos gran importancia), nos quedaría dar un paso más allá para atender a otros aspectos, aunque... si yo me cuido, ¿no cuidaré mejor el resto de dimensiones...?

-ESTOY CON CARMEN EN LAS POTENCIALES VENTAJAS DE TOMAR “EL CAMINO MENOS TRANSITADO” (“el camino de en medio”) si lo que queremos es crecer y no repetir fórmulas que otros usaron y que aparentemente funcionan... “cuando la opinión de los otros sobre tu propia consecución de determinados objetivos no es la base sobre la que te apoyas para decidir cómo actúas”...
En principio creo que esto es difícil (no le veo desventajas en sí, pero sí ciertos obstáculos), precisamente por el bucle en el que nos movemos donde reproducir modelos es lo más sencillo y lo menos “conflictivo” (claro que luego leo a un tal Iborra que, en lugar de ver el conflicto como algo propio de un comportamiento agresivo, dice que “the conflict is considered a chance for personal development” y... ¡me tiro de cabeza el conflicto! :) ). Y esto me lleva a la experiencia que Juanjo compartía...: la oposición entre “lo que fue” (una horrible sesión de 87 transparencias) y “lo que pudo ser” (una interesante aproximación a las teorías psicológicas mediante el cine)... Un “lo que fue” que estuvo claramente inducido por las limitadoras caras de unas compañeras que se ve que se movían mejor en un cómodo terreno de estándares.

-POR ÚLTIMO... me gustaría hablar de algo que compartimos en nuestro grupo: NUESTRAS AUTOPERCEPCIONES AL HABLAR EN PÚBLICO (“yo me siento muy insegura”, “yo creo que no controlo bien el cuerpo”...). Fue curioso, a la par que chocante (aunque no sé cuánto nos duraría luego a cada una esta fugaz iluminación), que los que nos ven desde fuera nos dieran su punto de vista, que nos describieran lo que ellos percibían de nuestras “actuaciones”... ¿Huelga decir que en la mayoría de los casos no coincidían? ¿huelga decir también que en la mayoría de los casos la percepción de los otros era más positiva que nuestra autopercepción...?
Pero... ¿no leí yo en algún sitio que en muchas ocasiones mi “yo” es el “yo” que recibo del reflejo que produzco en los demás, a modo de espejo? ¿en estos casos no funciona? Y en el caso de que aceptáramos el hecho de que “en una primera vuelta” esta hipótesis no se cumple... ¿no podría el feedback (en este caso positivo) de los demás hacer que mi autopercepción cambiara (en este caso mejorara)...?

Uyuyuyyyy, como diría más de uno... "¡qué rayadaaa!".
Me voy a dormir :)

¡Un abrazo a tod@s!

Juanjo -

Entiéndase que los eufemismos están para evitar palabras que no suenan tan bien. Por ello, cuando me he referido al patrón: "no puedo hacer aquello en lo que no creo" que tiene su parte poética de perro-pitiflaútico (esto puede ser evidencia de los restos de otros modelos anteriores) más bien quería decir cosas como que no entiendo los procesos grupales o no sé flexibilizar mis necesidades en pro de los intereses comunes. Sé que puede sonar infantil pero hasta hace poco no podía hacer esta distinción de ser mis necesidades a poder hacer algo con mis necesidades (si a un nivel abstracto, es decir tenía la distinción pero con poco contenido experiencial)

Desde luego esto es como todo, se puede tener un “conocimiento de algo” y un “conocimiento acerca de algo” o hay gente que sabe lo que hace y tiene un conocimiento teórico de una habilidades concretas pero no lo conecta con la práctica y gente que no sabe cómo lo hace y no puede teorizar sobre ello pero tiene unas habilidades increíbles.

En estos dos frentes me encuentro más en los que teorizan ¿y cómo lo sé?
Pues porque hay cosas que sé que evidentemente produzco y que manejo a la hora de manipular las percepciones, pero hay otras que se me escapan y cuando quiero darme cuenta pues estoy dando la espalda a alguien en un grupo, o no respeto el turno de palabra, o no encadeno su comentario con mi comentario porque ni siquiera lo he escuchado,... En este caso lo que se me ocurre es fingir, finjo atención cuando mi mente se va a otros intereses, pero ahí estoy con mirada focalizada en la suya, fabricando contextos o influenciando la forma de definir una situación o contexto a través de mis palabras como la que he relatado en el post anterior. Para mí en este caso uno se miente y cae en el autoengaño.

Mentir y fingir son para mí dos buenas distinciones para referirme a las percepciones que produzco y a las percepciones que se me escapan a la hora de presentarme en sociedad.

Bueno perdonad si hay alguna incongruencia o falta de ortografía que lo escrito un poco rápido.

Saludos

Juanjo -

Hola a todos!

La sesión del otro día me gustó y me pareció de lo más interesante. Por ello, me gustaría comentar algunas ideas y quería empezar por lo que comentaba Almudena de si “¿influye más negativamente el hecho de no controlar un tema o controlarlo en exceso a la hora de desarrollar una habilidad, sea la que sea, o el hecho de encontrarte ante una situación inesperada como fue la del otro día, independientemente de controlar el tema o no, y tener que improvisar?

Sobre esto en particular, y perdona que hable de mi experiencia pero lo que planteas para mi también es significativo y con tu pregunta me has hecho pensar, es que a mi lo que me limita en exceso son las creencias que tengo respecto a una habilidad en concreto y con aspectos derivados de ella o yendo más allá temas que tienen que ver más con lo espiritual por decirlo de algún modo y que me conectan con el mundo. Hay creencias que son potenciadoras y otras que son todo lo contrario, limitadoras. Ya de por sí, identificar estas últimas es toda una habilidad y más cuando conforman una parte arraigada de mi identidad.

Hace tiempo en modelos de orientación hicimos entre varios compañeros una exposición que entre todos juntábamos si no recuerdo mal 87 transparencias. A mi aquello me parecía una barbaridad y yo tenía que exponer parte de las corrientes psicológicas del siglo XX. Así que pensé que hacerlo mediante el cine sería una buena forma: “La naranja mecánica”, “El Indomable Will Hunting”, “Leolo”, etc.

Recuerdo el momento de empezar mi exposición, las palabras iniciales que pronuncié y je… la cara de mis compañeras (esto es un recuerdo con interpretación, ¿es que hay algún recuerdo que no lo es?). Así que empecé a tener conciencia del feedback de mis compañeras y no tanto de mis juicios, lo cual hizo que terminara por abortar la misión y leer desde un rincón del aula las transparencias que había llevado. Mi expresión corporal era totalmente apaciguadora.

La verdad es que podría haber improvisado un poco de cada cosa (transparencias y películas) pero eso sería modificar estándares de los que no era consciente y por otro lado para mí improvisar era algo malo. Pero si había algo más limitante era el patrón que subyacía debajo de esto que era: “no puedo hacer algo en lo que no creo”. Para mi 87 transparencias era una sesión de tortura.

La verdad, no sé cuánta formación hay que se dedique a cambiar creencias y detectar patrones pero si que hay más que se centra en el entorno, contexto, recursos materiales y personales (como si la identidad y las creencias no fueran recursos personales).

Hasta ahora, lo que conozco de mi dificultad al hablar en público tiene que ver (además de lo dicho anteriormente) con algo que comentábamos en grupo y que concretamente sacaba Patricia y era el hecho de estar recibiendo feedback y de ser “consciente” de que a su vez yo estoy dando feedback a la otra persona dentro de la circularidad que tiene la comunicación.

Creo que el hecho de saber que estoy “reaccionando” es algo que me bloquea enormemente y entorpece el proceso de aprendizaje de esta habilidad. Me cuesta centrarme en el otro porque mi atención está sólo en lo que siento, pienso, en escuchar mi voz interior, en qué podría preguntarle… En definitiva, que no fluyo como me gustaría y tener esa sensación de que el tiempo desaparece cuando las cosas nos absorben y estamos muy concentrados en algo. Que duda cabe que otras veces habrá que centrarse en el contexto o en el otro, es decir ir moviendo nuestra atención de atender “DESDE” a atender “A” o atender “EN”.

Lo que quiero decir con esto es que si ahora miro por la ventana mientras escribo esto y veo el paisaje urbano puedo ser “consciente” de que estoy utilizando la perspectiva euclidiana y aplicarla me permitiría hallar muchas más distinciones sobre la realidad que observo pero es que parece que la consciencia está como en la base del aprendizaje y ya no sé si esto es un error epistemológico, un residuo de la investigación psicológica que arrastramos o es que verdaderamente hay que ser consciente y se puede en la habilidad que desarrollamos teniendo en cuenta que hay otros aprendizajes que pueden interferir y dificultar el desarrollo de esta habilidad. Quizá ésta sea más una cuestión sobre la “conciencia” como heurístico y como concepto vago que da para otro post, pero creo que es una creencia importante tanto para los formadores como para los alumnos el saber qué entendemos por ella. Y esto me hace preguntarme: ¿estaré desarrollando una creencia conforme voy escribiendo estas palabras?, o ¿hay detrás de esta pregunta una afirmación firme y con ello una visión del mundo?

Por otro lado, cuando desarrollábamos nuestro programa para optimizar la habilidad de hablar en público observaba que unos priorizábamos la motivación de afiliación como consultores y el cliente priorizaba en términos de logro y en vez de adaptarnos o flexibilizar de algún modo o quizá diseñar algún tipo de actividad donde el cliente se “pruebe” cada una de esta áreas y que experimente la comodidad o incomodidad de cada una de ellas estábamos ahí, nosotros, con nuestra visión del mundo intentando encajarla. Y es que creo que es importante distinguir lo que nos gustaría que supieran e hicieran nuestros clientes con lo que a ellos mismos les gustaría saber y hacer con la formación que les aportamos y hacerlo coincidir en la medida de lo posible. Pero para ello es bueno hacer una buena detección de necesidades.

Bueno que me enrollo y este tema da para mucho más. Sobretodo felicitar a la gente que salió a exponer ya que dieron un buen ejemplo “en vivo” de esta habilidad.

Saludos

Carmenchu -

Me alegra leer este post, sobre todo porque pasaremos a otra cosa…
No tengo mucho interés por hablar en público, siguiendo un patrón establecido. Tengo más deseos de sorprenderme a mi misma y ver hasta donde soy capaz de llegar. Explorar mi flexibilidad, mi apertura hacia la comunicación, mi falta de HHSS, mis resortes ante lo incómodo…etc. TODO SIN JUICIOS, COMPRENDIÉNDOME.PARA SUPERARME…
Fallar para luego aprender, osar para reflexionar, EQUIVOCARME para disculparme después. Auto defenderme, si se me ataca…No es que no me importen los productos, NO ES ESO,,.
Deseo ser diferente, pero no por destacar sino por descubrirme, y con ello hallar mis POTENCIALIDADES Y TALENTO (cuantitativo y cualitativo)
De esa clase me llevé varias cosas que considero útiles y excepcionales:
-El viaje de Peter Pan… ¡felicidades¡
-Un viaje a Santiago, LLENO DE ENTREGA AL DESAFIO…profundidad.
- Viaje y AMISTADES. ¡ Lo importante que es este concepto en nuestras vidas ¡¡vetado y limitado muchas veces, a contextos¡ ¡ ¿ por qué?¡
- Otras valiosas intervenciones, porque fueron osados al salir, independientemente de sus expectativas.( introdujeron el humor, porque estaba contextualizado, o fluyo así…)
¿Por qué, nos auto limitamos tanto , ¿ Es nuestro bagaje educativo? ¿El resultado de penalizar los errores?..¿Hasta cuando este paradigma? ¿Lo hacemos con los demás?..¿Es lo que busca esta sociedad de CONTROL?..( ¡ Cuantas cuestiones me sugiere¡…¡ haría un rosario¡…)
Me da que pensar, este MIEDO A LA LIBERTAD: Erich Frömm(miedo a ser diferente, a que te juzguen, a la SOLEDAD en definitiva, a las MINORÍAS…, ¿Lo llevamos al aula, con nuestros discentes?..
¡ Ya se ve¡, ¡me toca demasiado…este asunto…¡ ¡ me inquieta¡ …¡ME TAMBALEA ( eso, es bueno)¡
Voy a cambiar el chip…, porque hay claves..Para desarrollar óptimas cualidades.
Ser exitoso en estas cosas:
Opino que una de ellas es la innovación, el trabajo colaborativo, la búsqueda de UN FEEDBACK POSITIVO, la humildad, (nadie sabe todo), …Y LO MEJOR DE TODO ESTAR INMERSO EN EL AQUÍ Y AHORA, …, EN INTEGRA DISPONIBILIDAD…COMPARTIENDO Y NO IMPONIENDO…
Cada uno tenemos unas prioridades, IGUAL PODEMOS AUNARLAS…PARA PROGRESAR…
Perdón pero no me acuerdo de ningún chiste (ahora vendría el humor…….la risa jajaja).
PD: ¡Gracias por vuestras reflexiones ¡,¡por el feedback, en otro espacio¡ ¡combatiendo al concepto del tiempo,¡ mejorandolo..¡

1 beso

Carmen -

…quizá en algunos no pese tanto el fracaso como la autodecepción. Cuando la opinión de los otros sobre tu propia consecución de determinados objetivos no es la base sobre la que te apoyas para decidir cómo actúas (o sólo lo es a veces), surge tu propia autoexigencia que puede resultar mucho más dura que la decepción a la expectativa que los otros sobre tu actuación tuvieran.

Podemos intentar un cambio si pensamos en exigirnos el impulso para el comienzo de algo y nos abrimos en el proceso de recorrer un camino con múltiples alternativas, permitiéndonos dudar, cuestionando y cuestionándonos sin dureza, sin plantearnos a priori qué nos encontraremos al final del recorrido. En cada una de las alternativas al camino inicialmente elegido hay una encrucijada con distintas direcciones. Sentarse ahí un poco a pensar, darnos tiempo para la reflexión, innovar en la idea inicial de mantenernos en el recorrido que ya conocemos y levantarnos de la reflexión para empezar a caminar por el sendero que se aparta del destino que inicialmente habíamos previsto, es toda una aventura estimulante hacia un objetivo desconocido.

Cuando elegimos un camino poco transitado o desconocido para nosotros, lo normal es tropezar, lo normal. Si es algo habitual ¿debería preocuparnos? Los tropezones tienen sus ventajas: sorpresa (estímulo), pararte para levantarte (reflexión), mirar qué ha ocurrido (análisis), qué lo ha producido (causas), cómo podrías evitarlo en un tránsito posterior (alternativas), miras a los lados (paralelismo con otras situaciones), hacia delante y hacia atrás (posicionamiento en el tiempo), descubres todo el contexto pormenorizadamente y nos descubrimos a nosotros, pero no al final, sino en el proceso. ¿Qué sentido tendría vernos al final donde ya no hay posibilidad de elegir otra alternativa que posibilite el cambio?

Vamos, que no le veo + que ventajas a esto ;)

Espero que contéis las desventajas para enriquecer mi punto de vista.

Un abrazo,
Carmen

PATRICIA -

¡Hola Alejandro! Con este post me has hecho pensar en lo que significa "tener seguridad",y en la importancia que yo le doy. Creo que he llegado a una buena reflexión y me gustaría compartirla:

La seguridad quiere decir "saber lo que va a pasar", es decir, "nada de riesgos, nada de excitaciones, nada de desafíos". La seguridad imposibilita el crecimiento. Pero lo cierto es que no hay nada seguro en la vida, por lo que podíamos decir que la seguridad es un mito.

Pero existe un tipo de seguridad diferente que sí vale la pena buscar, y es “la seguridad interior” que brinda el tener confianza en uno mismo y en la capacidad que tenemos para solucionar cualquier problema que se nos presente. Esa es para mí la única seguridad verdadera.
Comprender que la seguridad es "saber que puedes enfrentarte a cualquier cosa, sea o no desconocida para ti" sólo se consigue cuando te convences de que no sólo tus logros dan más valor a tu persona. El miedo al fracaso es muy poderoso en nuestra sociedad, un miedo que se nos ha inculcado en nuestra niñez y que llevamos a menudo por la vida. Pero ¿por qué tener miedo a fracasar si el fracaso proviene de la opinión que los otros tienen sobre cómo debemos hacer lo que hacemos?, es decir, no existe una única forma de respuesta para cada situación o experiencia; ni tampoco existe una manera adecuada y específica que deba utilizarse para responder a cada situación, pues lo “adecuado” lo atribuye cada sujeto siguiendo sus reglas, principios y valores.

Como sabemos y hemos podido experimentar tod@s alguna vez, puede haber ocasiones en las que, según nuestras propias reglas y medidas, fallemos en la ejecución de una tarea dada. Pero lo importante en ese caso es no relacionar el resultado del acto con nuestro valor como personas.

Quizás el empuje para lograr cosas y triunfar provenga de las palabras más autodestructivas de nuestra cultura: ¡hazlo lo mejor que puedas!
La frase "haz-lo-mejor-que-puedas" puede impedirnos el probar actividades y experiencias nuevas y disfrutar con ellas. Ese mensaje debía transformarse en "hazlo lo mejor posible en todo lo que hagas, sea o no lo que recibes lo mejor que puedes conseguir haciéndolo y experimentándolo", ya que de todo lo que vivimos podemos aprender.

El fracaso puede ser productivo. Puede servir de incentivo al trabajo y a la exploración, y nos puede llevar al éxito si lo utilizamos como camino hacia nuevos descubrimientos. Tendemos a esquivar todas las experiencias que pueden acabar en fracasos, porque tenemos miedo de no lograr nuestras expectativas en todo lo que hacemos. Y es que el miedo al fracaso se manifiesta como "miedo a lo desconocido", pues pensamos en que todo lo que no nos da la impresión y la seguridad de conducirnos hacia un éxito inmediato, debemos evitarlo. Tenerle miedo al fracaso significa temer tanto a lo desconocido como a la desaprobación que nos puede acarrear el no llegar a "HACERLO LO MEJOR POSIBLE"

Pero…¿ acaso la vida no es una aventura en la que nunca sabemos que nos espera?

“Afrontar las situaciones desconocidas pone emoción a nuestra vida”

Un besote y gracias por compartir un post tan interesante, ya que “pensar siempre es emocionante”.

PATRICIA

Almudena -

Hola Alejandro.
Un post muy interesante. Me alegro de que no se haya quedado en el tintero ante la falta de tiempo del otro dia en clase.
Es cierto que es imposible tenerlo todo controlado,y saber de todo, y que equivocarse es algo normal y hay que aceptarlo.Puede que esa sea la causa de muchisimas inseguridades, no sólo a la hora de hablar en público. Me veo reflejada en ese punto y bueno, realmente es un problema, aunque quizá vaya siendo hora de buscar una solución.
Después de leer tu post me surge una duda,¿influye más negativamente el hecho de no controlar un tema o controlarlo en exceso a la hora de desarrollar una habilidad, sea la que sea, o el hecho de encontrarte ante una situación inesperada como fue la del otro dia, independientemente de controlar el tema o no, y tener que improvisar?
No se si me he explicado muy bien. Lo que trato de decir es que a diario nos enfrentamos ante situaciones inesperadas en las que tenemos que improvisar y ponemos en marcha muchisimas habilidades que en la mayoria de los casos desconocemos que poseemos,a veces conocemos el tema, otras veces no, y lo hacemos de manera espontánea, sin pensar,normalmente no surgen ese tipo de inseguridades ni limitaciones que nos comentabas. ¿Por qué sucede esto?¿Puede ser porque actuamos de forma inconsciente?
No se si me he explicado con claridad.
1 Beso