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El viaje de Telémaco

Todos somos un Cancre

Todos somos un Cancre

Hola a todos

Ayer me llevé una agradable sorpresa, me compré el periódico (un poco más y no lo hago) y me encontré con una interesantísima entrevista a Daniel Pennac en el suplemento Babelia de "El País". Por cierto os dejo el enlace por si queréis echarle un vistazo: http://www.elpais.com/articulo/semana/torpe/Pennac/elpepuculbab/20080906elpbabese_3/Tes

El viernes que viene se publicará su nuevo libro, "Mal de escuela", una novela autobiográfica acerca de la escuela y su experiencia como alumno "torpe" "burro" "inadaptado",etc...

Imagino que cualquiera que haya cursado Dificultades de Aprendizaje conmigo no se sorprenderá de mi aprecio con este autor. Forma parte de una de las líneas mcguffianas preferidas, relacionadas con las dificultades de aprendizaje desde una concepción amplia: la importancia de las relaciones significativas a la hora de dar sentido a nuestras actividades, o la importancia de encontrar o construir un propósito para que nuestras actividades sean significativas, sobre todo las actividades relacionadas con el aprendizaje, por ejemplo leer algo.

Pennac es genial expresando esto. Yo lo conocí como novelista, con su novela "La felicidad de los ogros", que me encantó, luego ya descubrí "Como una novela" que ya muchos ya conocéis. Otro gran tema es que crear contextos de obligación no facilita demasiado actividades cómo el aprendizaje, entre otras muchas, como el amor.

Dejo ciertas citas de la entrevista, a ver qué os parecen:

"En cualquier caso, cuando se habla de violencia en la escuela no hay que olvidar que la escuela es, per se, el lugar de todas las violencias. Es el lugar donde se entrechocan el conocimiento y la ignorancia. Enseñar es violento, es violentar al otro. ¡Todo acto iniciático es violento!",

"El cancre, como todos los demás, cuando tiene que responder a una pregunta, puede elegir entre una respuesta correcta, otra equivocada o la absurda. Acostumbra a elegir la absurda. Cuando sucede esto el profesor no puede calificarle, decirle que su respuesta es errónea porque no lo es: es absurda, que es otra cosa. El cancre responde lo primero que le pasa por la cabeza porque aún no ha salido de la lógica infantil que hace que el niño crea que cuando el profesor pregunta es porque necesita una respuesta. El cancre responde para que le dejen tranquilo, para que quede claro que él, el cretino, el idiota, cumple con las reglas del juego y contesta aunque sea un absurdo".

"Cada curso me encontraba con algún alumno que me preguntaba, el primer día de clase, si iba a ser obligatorio leer. Cuando te preguntan eso te están diciendo otra cosa: no se trata de que no les guste leer, lo que no les gusta es que a continuación les preguntes, que les pongas en evidencia en clase, aparecer ante los ojos de los demás y los propios como un imbécil. ¡Todo eso no tiene nada que ver con la lectura! ¡Las preguntas no son la lectura! Desde hace décadas esa situación viene repitiéndose y el Ministerio de Educación Nacional persiste en una técnica que se ha revelado nefasta, al menos para un porcentaje importante de alumnos. Yo les leía en clase fragmentos, les acostumbraba a descubrir la magia del sentido. Al final me pedían los libros para poder acabarlos, para saber cómo terminaba lo que yo les había comenzado".

"La memoria no es una cuestión de acumulación sino de comprensión. Cuando estudiaba había que aprenderse un poema de memoria cada semana. Y éramos examinados sobre ese poema. Luego venía otro que permitía olvidar el anterior. ¡En realidad, te pedían que lo olvidases! Al final, cuando llegaba el momento de las pruebas de acceso a la universidad, le sugerían al alumno que utilizase elementos de su cultura personal para construir un discurso. ¿De qué cultura personal podía tratarse en esa lógica cuantitativa y cronológica, en la que a cada semana le correspondía su poema y el olvido del anterior? Con los alumnos decidimos aprender a memorizar una serie de textos: de ensayo, poemas, chistes, pasajes de novelas. Podía valer un aforismo de Woody Allen o una reflexión de Montesquieu. Lo importante era haber comprendido el texto, haber logrado amarlo. En vez de someterlo a esos análisis de forense que acaban con cualquier deseo -¿quién quiere hacer el amor con un cadáver?-, se trataba de hacer propio el texto, de darse cuenta de hasta qué punto aquello nos concernía. Hablar de bovarismo como concepto puede parecer abstruso, pero no lo es cuando recuerdas el pasaje de Emma Bovary mirando por la ventana. A final de curso nos acordábamos de todos, de los aprendidos las primeras semanas y de los que habían llegado más tarde. No hay nada más emocionante que ver cómo un chaval descubre que la memoria no es cuestión de acumulación".

 

Esta última cita es de lo más sugerente. Tal vez lo conectéis con los "experimentos" que hicimos en clase sobre memoria y memorización, ¿os acordáis? Para la mayoría simplemente era un divertimento (o un tormento), pero se podía conectar con muchas cosas, especialmente con explorar qué procesos empleábamos para gestionar nuestro recuerdo. La diferencia entre un recordar memorístico a un recordar más emocional o más elaborado cognitivamente, o la diferencia entre recordar sin propósito o con un propósito definido (aunque sólo fuera por mejorar el recuerdo previo). De nuevo no hay nada peor que aprender sin propósito, porque entonces es menos probable que se conecten significativamente los nuevos aprendizajes con aquellas pautas que ya hemos ido creando, producto de nuestra experiencia previa. Sin propósito la calidad de las conexiones es mucho peor. ¿Y cómo elegimos nuestros propósitos? ¿de qué depende? ¿somos conscientes de ellos?

Esto del recordar, explorar procesos, analizar cómo la memoria va más allá de la metáfora de almacenamiento (que no funciona nada bien por cierto) para convertirse en una actividad que realizamos,no un cosa que almecenar sino un actividad que realizar y que en dicho hacer se crea y se mantiene, eso era otra línea mcguffiana, eso sí, perdida o no conectada para muchos.

En fin... en todo caso me alegro mucho de que se publique otro libro de Pennac. Espero también que os interese, yo creo que valdrá la pena echarle un vistazo, será probablemente sugerente.

Un abrazo

 

Alejandro

3 comentarios

Mary -

"¡Qué pedagogos éramos cuando no estábamos preocupados por la pedagogía!"
Daniel Pennac (1993): Como una novela. Editorial Anagrama, Barcelona. Página 19.

¿Qué te sugiere tu querido Pennac?

P.D. me encanta incluirme como profe... imaginarme... aunque aún no lo sea. Me anima por lo menos a empezar a serlo.
Gracias

Alejandro -

Gracias Mary por tu comentario, lo que más me gusta es ese "que vamos apareciendo, vayamos haciendo disfrutar...". Me gusta porque te incluyes en esa primera persona del plural, te incluyes e incluyes a muchos más, eso reconforta, ¿no?

Un saludo

Alejandro

Mary -

La verdad es que cuesta mucho despojarse de la idea de que si no aprendes algo de memoria es que realmente no lo sabes. Sin embargo, a lo largo de la carrera de psico me he dado cuenta de que me ha dado mucho más leer, comprender y seguir avanzando que memorizar, porque al memorizar simplemente almacenaba información. Al comprender siento la necesidad de saber más, de comprender más, de explorar más... ahora siento más fácil estudiar o enfrentarme a un examen. Quizá no sepa algo de memoria pero soy capaz de utilizarlo en mi vida diaria aunque no sepa exavtamente el autor de quien lo he sacado.
Ojalá la nueva generación de profes que vamos apareciendo vayamos hagamos disfrutar a nuestros alumnos y les provoquemos la necesidad de querer aprender.
un beso!