Sobre Kegan
Creo que llevo unos 7 años leyendo y usando en mis clases los textos, ideas y teorías de Robert Kegan. De hecho, estas dos semanas ya he introducido algunos de estos temas en mis asignaturas de Aprendizaje y Desarrollo de la Personalidad, y desde luego en Psicología del Desarrollo en el Grado de Educación Primaria.
Mi interés inicial se remonta a un libro que me regaló Juanjo Zacarés allá por el 2003. Me regaló su libro "Desbordados" con la creencia de que yo le sacaría partido. Y creo que se lo he ido sacando. Tengo a mi lado dicho ejemplar con la firma de Juanjo y la fecha de marzo 2003. Creo que si tuviera que salvar cinco libros de mi biblioteca en caso de incendio, éste sería uno de los que rescataría (sería interesante pensar cuáles serían los otros 4...).
Kegan me interesó desde el principio porque integraba de manera coherente el desarrollo cognitivo (no por nada se considera un neopiagetiano) con el desarrollo social y afectivo (incluyendo aquí también el desarrollo moral). Kegan estuvo, al trabajar en Harvard, muy vinculado a otros psicólogos evolutivos igualmente interesantes tales como Lawrence Kohlberg, Bill Perry y Daniel Levinson. Igualmente era interesante para mí la fascinación que tenía, no sólo por Piaget sino también por autores más olvidados (al menos en España, con la excepción de cómo lo han trabajado en la universidad de Valencia Emilia Serra, Juanjo Zacarés, Manuel Millán, Mª Carmen Abengózar, Paz Viguer, entre otros) como Erik Erikson. Esa integración siempre me ha resultado necesaria. Integración que por otra parte está también fundamentada en un teórico-docente que además practicaba la terapia y que por supuesto investigaba. De esta manera es un autor que aúna la docencia, la intervención terapéutica y la investigación (esto no suele ser muy común).
Por supuesto no me considero keganiano ni nada por el estilo. Eso sí, creo que es un autor que sigue siendo interesante y con el que mantengo una relación de crítica abierta y constructiva. Por ejemplo me parece que a su teoría le falta añadir la importancia de la mediación social que tanto aportó Vygotsky, incluso el papel de la cultura aportada por autores más actuales como Jaan Valsiner. En su famoso modelo de la relación entre el sujeto y el objeto, siempre he notado la ausencia de una estructura mediadora. Otros autores como Engeström desde la teoría de la Actividad han explorado mucho más este tipo de estructuras mediadoras (bien sean reglas, la comunidad y desde luego la introducción de diferentes instrumentos, algo fundamental también desde Vygotsky, y algo muy desarrollado en nuestro contexto nacional por gente muy valiosa como Cintia Rodríguez, de la Universidad Autónoma de Madrid).
Siguiendo con la crítica también creo que las obras fundamentales de Kegan se escribieron a comienzos de los años 80 (The Evolving Self) y a principios de los 90 (In over our heads, el único libro traducido al castellano hasta la fecha, con el título de Desbordados). Tal vez eso podría explicar que inexplicablemente aún no sea muy conocido en nuestro país todavía.
Aún recuerdo el primer trabajo de investigación dirigido por Juanjo Zacarés a Ignacio Muñoz Climent, probablemente la primera persona en España en realizar una investigación desde el modelo de Kegan. Tuvo algunos problemas, en parte porque en mi opinión los miembros del tribunal no entendían la complejidad teórica y metodológica del trabajo (que por otra parte era cualitativo).
Las obras posteriores de Kegan, en mi opinión no están a la altura de estas dos que acabo de mencionar. How the way we talk can change the way we work (2001), Change Leadership (2006) e Inmunity to Change (2009) son más bien aplicaciones de su teoría del desarrollo de los órdenes de conciencia, en el campo de la educación y la consultoría organizacional. Como tales aplicaciones, para mi simplifica mucho también lo que podría hacerse entendiendo la complejidad de su aportación inicial.
A ver qué tal lo vamos elaborando este año.
Ahora quería compartir uno de mis fragmentos preferidos del libro "Desbordados", que creo que refleja también uno de los rasgos del autor, su sentido del humor. En el prólogo (como decía mi profesor de Literatura de 3º de bachillerato, lo que se escribe al final para que se lea al principio y no se lee ni al final ni al principio) Kegan (p. 10) escribe lo siguiente:
"A los treinta escribí ’The evolving self’, un trabajo en el que proponía una visión del ser humano como creador de sentido. Allí exploré la experiencia interna y las formas externas de nuestras transformaciones de conciencia a lo largo de la vida, y aunque el libro fue publicado hace más de una década, aún es raro que pasen dos semanas sin recibir correspondencia relativa a él. Hace algunos años le dije a mi padre que habían traducido el libro al alemán y al coreano, a lo cual respondió, <<¡Qué bien hijo! pero... ¿cuándo va a ser traducido al inglés?"
Ja... con un padre así quién quiere críticos, ja.. No obstante lo mejor viene ahora. Este fragmento se lo dedico a aquellos que hayan experimentado que la lectura de Kegan es compleja:
"A decir verdad, en la interminable lista de cartas, cada tanto reaparece este mismo tema:
Estimado Dr. Kegan
Hemos leído su libro en nuestra clase de Psicología. No puedo creer que los editores permitan publicar textos en esas condiciones. Nadie en nuestra clase entendió lo que usted dice ahí, ni siquiera el profesor ¡y fue él quien lo propuso! ¿A quién trata usted de impresionar con toda esa palabrería? Me molestó tanto leer su libro que estuve tentado de ir a Boston y partirle los dientes.
Atentamente
[quien firma]
Y yo aprecio el "Atentamente" de este señor" (p.10)
En fin, espero que nadie tenga ganas de partirme los dientes por proponer estas lecturas, y sobre todo espero que le saquemos partido a la hora de seguir reflexionando sobre este complejo tema de cómo nos vamos desarrollando y sobre todo, qué es lo que de hecho se desarrolla.
Un saludo
Alejandro
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