Anticipaciones y recuerdos
Hola a todos
Llevo las últimas semanas escribiendo un capítulo en el que trato de teorizar (por decirlo de algún modo) acerca del aprendizaje colaborativo y experiencial. No está siendo nada fácil. Primero que nada porque es un tema que vivo muy de cerca. He estado revisando material que tenía de los últimos 6 años, sobre todo llevado a la práctica aquí en Psicopedagogía. De repente es como si fuera consciente de todo lo trabajado estos años. Revisaba blogs antiguos y me sorprendía de nuevo ante lo que muchos de vosotros habíais escrito, por lo bueno que era, sobre todo cuando escribíais lo que os daba la gana, cuando escribíais porque os apetecía escribir. Ése es uno de los temas en los que más he tratado de profundizar. Pero no quiero aquí escribir sobre el capítulo.
Tras leer el último comentario de Leonor en su blog, creo que necesitaba reivindicar un poco de optimismo, como hace Benja. Los tiempos que vivimos en la Universidad española actualmente son muy movidos. La verdad es que prefiero una época de cambios a un período de inmovilismo, aunque no sea tan cómodo. Estoy de acuerdo con Leonor en que ante tanto cambio hay muchas revisiones e interpretaciones conservadoras en relación a la docencia. Creo que es una comprensible reacción en busca de seguridad. No va a aportar mucho, pero es comprensible. Por eso, al comprobar algunos de nuestros intentos por innovar, reivindico algo de optimismo y atrevimiento.
Esto me hace pensar en este año en Psicopedagogía. Cada año que coincidimos con oposiciones es un año especial, diferente. En cierta manera casi los prefiero. Se trabaja a otro ritmo, se profundizan otros aspectos, se genera otra sensibilidad, sobre todo en el segundo cuatrimestre. Es como que cuesta mantener la velocidad, tengo la sensación de estar subiendo una cuesta que sé que será sustituida de repente por una súbita bajada, que acelerará mucho el ritmo. Eso suele suceder después de las vacaciones de Semana Santa. Y aquí estamos, subiendo mi cuesta imaginaria. Creo que generando más de lo que parece. Al menos ya puedo comprobar cómo la gente ha empezado a escribir, ha empezado a compartir ideas e impresiones. Ya hay un núcleo suficiente de gente muy activa. Es genial poder seguir lo que vais escribiendo y compartiendo.
Y se va acercando el viernes, la clase de HHSS, en la que trataremos uno de mis temas favoritos. No creo que armemos tanto revuelo como el año pasado, ja... menuda se armó. Fue una de esas sesiones que nos movió a todos, que nos sacó de golpe de cierto letargo, pero creo que de manera un poco forzada. Este año seré más elegante. Y qué pena, ya no puedo contar con la colaboración de Raquel, quien siempre era cómplice en mis juegos "perceptivos". Tendré que empezar a ser más creativo. De nuevo reivindico el atrevimiento y el optimismo. Seguro que entre todos podemos crear nuevos entuertos, o deshacerlos si es necesario (esto lo digo a partir del comentario de Leonor en su blog, que recomiendo leer).
Un saludo
Alejandro
3 comentarios
Aure -
Lo bueno que tienen las noches en vela son todas esas cosillas que se te pasan por la cabeza sin ningún sentido aparente y que sin apenas saber vas alimentando con el devenir de la noche.
La pasada madrugada pensaba en el movimiento Okupa, que como sabéis es una subcultura que hace uso de edificios abandonados con el fin de utilizarlos como viviendas o lugares de reunión, aunque en el mejor de los casos, pueden ser también terrenos, campos de cultivo de los que apenas sí arrancaran algo de la tierra madre. También este movimiento es una búsqueda de un estilo de vida alternativo a la sociedad cosmopolita, o tal vez solo es la búsqueda de una aventura me acuerdo de un chaval que pidió a sus padres unas botas de unas 20.000 de las antiguas pesetas, las cortó por detrás, las ató con cuerdas, se rapó la mitad de la cabeza, se colocó una chupa de cuero y se hizo okupa con su grupo de colegas ahora es un responsable funcionario de carrera Juventud divino tesoro
Hay otros Okupas que toman los pisos por la necesidad imperiosa de no quedarse en la calle, y a los que a veces las ayudas sociales no llegan.
Pero me gustaría hablaros de los otros okupas, de los sentimientos que se establecen en nuestra cabeza sin que haya antidisturbios capaces de hacerles remitir en su tarea, por no hablar de las personas que en esa parte del corazón que todos conocemos, se instalan sin la menor piedad. Ambos sin haber sido invitados, obviamente.
Ante la insistencia de estos oKupas en las zonas mencionadas ¿cómo actuar responsablemente? Y cómo hacerlo, si estos personajes nos enriquecen y hasta fomentan que lleguemos a dar sentido a nuestras vidas.
Nuestros Okupas particulares nos someten a su antojo, y hasta van moldeando una felicidad que nos aboba y nos desborda, el de la mente establece el objetivo, el del corazón lo cursa, y tu en medio desconcertada subes y bajas entre los contrastes del sentimiento.
¿Ser consciente es lo importante?,¿o lo es gestionar la transición entre el uno y el otro dejándote llevar donde los okupas quieran?.
P.D.
Me ha gustado ser Okupa en este blog, en el mío no hubiera tenido sentido
Un beso. Aure.
Leonor -
Paloma y carmen -