Blogia
El viaje de Telémaco

Interdisciplinariedad

Interdisciplinariedad

Estamos ya entrando en la recta final, antes del comienzo de la Jornada sobre "Una Ecología de la Mente". En relación a ello quería reflexionar en torno al tema de la interdisciplinariedad. 

Hace ya unos cuatro años que estoy directamente implicado en la tarea, junto a mis compañeros del grupo FIT, en coordinar el trabajo de grupos de innovación docente en la universidad de Alcalá. Desde que he tenido la suerte de formar parte del programa de innovación así como del programa de formación de la Universidad de Alcalá, he sido más consciente de la importancia y del potencial creativo de los grupos interdisciplinares. Ahora relaciono estos grupos interdisciplinares con el campo de la innovación docente, tan presentes, por ejemplo, en el Master de Docencia Universitaria, sobre todo cuando en el segundo cuatrimestre formamos lo que denominamos las "tríadas": grupos de al menos tres profesores que llevan a cabo una innovación situada en sus contextos de formación específicos. La idea es que dichos profesores, en la medida de lo posible, pertenezcan a áreas de conocimiento diferentes. Nuestra experiencia es que así se incrementa la posibilidad de ver las situaciones educativas desde miradas complementarias y desde luego más divergentes. Frente a una excesiva especialización, el contexto de la innovación se puede beneficiar mucho si los problemas se afrontan desde múltiples perspectivas. De momento, nada nuevo. 

Lo que me llama la atención es que existen pocos grupos de innovación cuyos miembros pertenezcan a diferentes disciplinas. Generalmente todos los miembros de un grupo son de la misma facultad, los mismos estudios e incluso los mismos departamentos y áreas del conocimiento. Hay excepciones, pero en general ésta suele ser la norma.

Una idea que tenemos desde hace tiempo es pensar que la creación de grupos interdisciplinares en el contexto de la docencia, podría fomentar también la creación de grupos interdisciplinares a la hora de investigar. Ahí el beneficio sería doble, porque podría enriquecerse en potencia tanto la docencia como la investigación. Algo, que no obstante, habría aún que demostrarse. 

No obstante, actualmente están apareciendo múltiples ejemplos de divulgación científica, que trata justamente de poner en contacto a investigadores y profesionales de áreas de conocimiento muy diversas. Por ejemplo podríamos citar las Ted Conferences, o las conferencias impulsadas por la fundación telefónica aquí en España. Si bien se podría cuestionar su formato temporalmente reducido, así como su metodología "magistral" (eso sí, muy bien lograda), pero nadie podría cuestionar que tratan de dar cabida a temas muy variados, actuales que interesan a una amplia gama de sectores profesionales. Sociólogos, psicólogos, tecnólogos, periodistas, neurólogos, médicos, economistas, antropológos, físicos, astrónomos, químicos, biólogos, ecologistas, arquitectos, filósofos, filólogos, etc.... cualquiera de estas áreas podría estar presente en muchos de los temas tratados. 

A lo largo de la historia han sido frecuentes este tipo de reuniones interdisciplinares, auspiciadas por fundaciones privadas y públicas. A veces, dicho clima formaba parte del espíritu de la época. Por ejemplo el clima intelectual de una ciudad como Viena a principios del siglo XX, era un hervidero de ideas. Un interesante autor como Erik Erikson, narraba en su libro publicado en 1975 "Historia personal y circunstancia histórica", sobre todo en el primer capítulo "La crisis de identidad en la perspectiva autobiográfica" cómo fue su formación inicial informal como psicoanalista en aquella época, que describe así:

"en la época de Viena, toda la formación se desarrollaba en cursos nocturnos equivalentes a lo que hoy llamaríamos una universidad psiquiátrica libre (...) sólo quienes haya participado en grupos de estudio igualmente autónomos de hombres y mujeres dedicados a lo que consideran una idea auténticamente transformadora - y a costa de sus propios ingresos económicos, de su condición profesional y de su equilibrio mental- podrán hacerse una idea de esa atmósfera de devoción (...)" p. 36

O igualmente en la página 41: 

" el milieu intelectual que reinaba en muchos de aquellos pequeños seminarios intensivos nocturnos (...) algunos eran tan pequeños que con toda comodidad nos podíamos reunir en la casa de nuestros maestros"

El propio Erikson (que en sí es un ejemplo de formación interdisciplinar, por ejemplo provenía del mundo del arte, sus estudios previos eran de pintura, a los que siguieron formación como profesor en la escuela Montessori hasta empezar su formación en Psicoanálisis infantil con Anne Freud) en dicho capítulo narra también su experiencia, ya en el Estados Unidos de la posguerra, con las llamadas Conferencias Macy. Tal y como él mismo plantea "florecían los grupos interdisciplinarios, dirigidos y financiados por hombres de imaginación como Lawrence K. Frank, del Comité de Educación General, y Frank Freemont-Smith, de la fundación Josiah Macy, y vigorosamente inspirados por observadores de miras tan amplias como Margaret Mead y Kurt Lewin. Lo que se esperaba de esas reuniones pequeñas e intensas era que cada participante se hiciera entender" p. 46. Por ejemplo algunos de los autores con los que el propio Erikson se relacionaba en aquella época eran Julian Huxley, Konrad Lorenz y Jean Piaget. 

No cuesta mucho darse cuenta de lo fascinante que podría resultar una reunión que estuviera formada por gente así, quienes, más allá de ser reconocidos en sus áreas de conocimiento, eran justamente eso, científicos pertenecientes a áreas diferentes. Por ejemplo el mismo Piaget era biólogo, se centró a estudiar el desarrollo cognitivo infantil, y se terminó considerando así mismo como un epistemólogo. 

Si volvemos a las conferencias Macy, de las que surgió como disciplina la Cibernética, podemos profundizar un poco más en este tipo de grupos. Por ejemplo Heinz von Foerster plantea lo siguiente sobre dicha conferencia: "la atmósfera era amistosa y había una creatividad intensiva y audaz. Todo el mundo me ayudaba y trataba de traducir mis intentos tartamudeantes a la hora de presentar mis ideas, nadie estaba preocupado por causar una buena  impresión o por el protocolo" (2002, p.136).

En la imagen de este post aparece la foto de los participantes en la última de las 10 conferencias, sobre "Cibernética. Causa circular y mecanismos de feedback en sistemas biológicos y sociales", que tuvo lugar del 22 al 24 de abril de 1953. 

El propio von Foerster se toma la molestia, afortunadamente, de nombrar e identificar a todos los presentes:

Primera fila: T. C. Schneirla, Y. Bar Hillel, Margaret Mead, Warren McCulloch, Jan Drooglever-Fortuyn, Yuen Ren Chao, W. Grey Walter, Vahe E. Amassian.

Segunda fila: Leonard J. Savage, Janet Freed Lynch, Gerhardt von Bonin, Lawrence S. Kubie, Lawrence K. Frank, Henry Quastler, Donald G. Marquis, Heinrich Kluver, F. S. C. Northop.

Tercera fila: Peggy Kubie, Henry Brosin, Gregory Bateson, Frank Fremont-Smith, John R. Dowman, G. E. Hutchinson, Hans Lukas Teuber, Julian Bigelow, Claude Shannon, Walter Pitts, Heinz von Foerster. 

Como comenta el propi von Foerster: "si coges las biografías de todos estos participantes resultaría un libro fascinante que se podría titular "Un momento decisivo en epistemología" (p. 137)

Imagino que ese tipo de reuniones interdisciplinares influyó notablemente en la propia creatividad de cada uno de sus importantes participantes. La creatividad, se podría así entender cómo una cualidad contextual, distribuída, que no depende tan sólo de la actividad de un genio que actúa de manera aislada. En este sentido, este tipo de grupos daban lugar a comunidades altamente creativas. 

Si nos centramos ahora en Bateson, me gustaría compartir cómo formó su célebre equipo de investigación en Palo Alto (San Francisco) para iniciar sus estudios sobre comunicación. Por ejemplo, en el libro "Historia de la Terapia Familiar" (Bertrando y Toffanetti, 2004, p.93) se recoge una cita muy curiosa de Jay Haley, que describe a Bateson de esta manera:

"Era un tenaz intelectual inglés y probablemente el más eminente pensador de todo el país en el campo de las ciencias sociales. Tenía una habilidad sorprendente para abordar campos muy distintos: biología, química, antropología e incluso matemáticas. Nos encontrábamos bien juntos, al menos durante los primeros ocho años del proyecto. Llamé a mi hijo Gregory en homenaje a Bateson. Él fue mi maestro; un pensador increíble. Era el tipo de persona al que uno se podía dirigir cuando se encontraba en un impasse en el desarrollo de una idea. Siempre conseguía hacerte pensar el problema de manera diferente, lo cual es muy importante para un proyecto de investigación".

El equipo de investigación que Bateson creó para estudiar la comunicación, en 1952, con una beca de la Rockefeller Foundation, es del todo eclético y heterogéneo (algo que cualquier becario de investigación actual podría tomar como referencia):

John Weakland, un ingeniero químico interesado por la literatura y la cinematografía china. 

Jay Haley, un aspirante a escritor que abandonó la universidad tras obtener su diploma de primer ciclo, que trabajaba de bibliotecario y que tenía también un gran interés por el cine. 

William Fry, un médico que trabajaba en una escuela de Psiquiatría. 

A ellos se les uniría tras dos años Don Jackson, psiquiatra y psicoanalista. 

La primera vez que leí acerca de los datos biográficos de los componentes del equipo inicial de Bateson, me sorprendió (como me sorprende ahora) la heterogeneidad de su formación inicial, de sus intereses científicos y artísticos. Algo que de nuevo, choca con mucha de la formación especializada que se suele incentivar en las universidades actuales. 

De todo lo que he estado escribiendo, sólo me gustaría volver a resaltar la importancia que tuvo para todos estos autores interesantes una formación variada, integrada por varias disciplinas científicas e incluso artísticas (ahora podríamos hasta incluir que tecnológicas), y que en vez de quedarse ahí, además formaron parte de comunidades y reuniones científicas igualmente variadas. 

Sería interesante recuperar parte de este espíritu interdisciplinar, dentro de las asignaturas, entre las asignaturas, entre las disciplinas, en cada proyecto de investigación, entre los proyectos de investigación. Sin duda, eso genera problemas burocráticos y estructurales de todo tipo, y ése es parte del problema. Aún no hemos innovado en una estructura que desde luego pueda facilitar todo este tipo de intercambios intelectuales y vivenciales. 

Espero que las próximas jornadas sobre "Una Ecología de la Mente" constituya justamente eso, un encuentro para discutir, reflexionar, explorar y compartir ideas que nos inspiren y transformen a todos. Que sirva para crear una atmósfera de trabajo amistoso, intensamente creativo y audaz. 

Un saludo

Alejandro

 

Referencias

Bertrando, P. y Toffanetti, D. (2004). Historia de la Terapia Familiar: los personajes y las ideas. Barcelona: Paidós Terapia Familiar. [Traducción del original, 2000]

Erikson, E. H. (1979). Historia personal y circunstancia histórica. Madrid: Alianza Editorial.[Traducción del original, 1975]

von Foerster, H. y Poerksen, B. (2002). Understanding Systems: conversations on Epistemology and Ethics. New York: Kluver. 

2 comentarios

Laura -

Da gustó ver lo que se "cuece" en la Universidad de Alcalá de Henares. Enhorabuena por la Jornada y por ese espíritu Batesiano que tenéis.

David -

Si Gregory Bateson era capaz de adivinar pautas que conectan al cangrejo y a la langosta, a la orquídea con la rosa, y a los cuatro consigo mismo, me imagino que se aburriría como una ostra en un grupo de los que comúnmente se les dice "homogéneos".

Lo que dices de la innovación chocando contra la estructura me gusta, porque me resulta conocido. Es como si se hubiera estructurado a propósito (asignaturas, cursos, planes de estudios, ect.) en contra de la innovación, para frenarla o evitarla.

El protocolo y las ganas de causar buenas impresiones parecen ser atajos o tablas de salvación para muchos investigadores, ¿no crees?

Me parece que has hecho una excelente presentación de la Jornada, rescatando el interés del posible espectador/participante por la interdisciplinariedad (¿será que no se practica tanto por lo difícil que resulta escribirla y pronunciarla?)

Por cierto, la jornada es el 7/10/11, es decir, el próximo viernes, que no quiero engañar a nadie con un tema tan serio ;)

Saludos
David