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El viaje de Telémaco

IX Jornadas de Psicopedagogía

IX Jornadas de Psicopedagogía

No quería que pasaran muchos días sin que escribiera unas líneas sobre las IX Jornadas que tuvieron lugar la semana pasada, de miércoles a viernes. 

Creo recordar que las primeras Jornadas de Psicopedagogía organizadas en la Facultad se hicieron en el 2003. Yo al principio no me sentía muy vinculado con ellas. Solía pasarme siempre en algún momento, para ver alguna conferencia, alguna mesa redonda, pero poco más. 

Las Jornadas siempre eran organizadas por el área MIDE, concretamente por el profesor Ángel Lázaro, Gema Martín y Elías Rodríguez, apoyados siempre por estudiantes de esa promoción. Como decía, yo no me sentía mucho parte de ello, al ser de otra área, no me terminaba de apropiar de este tipo de iniciativas, ni tampoco me pedían mucha colaboración. 

Desde el 2008 creo que las jornadas se abrieron un poco más, y pasaron a ser organizadas por más profesores, más allá del área de MIDE. Más profesores empezamos a participar más activamente, moderando mesas, proponiendo ponentes, etc... lo que creo que incrementó la percepción de considerarlas un evento importante del curso en la facultad (aunque generalmente se tuvieran lugar en otras facultades y estuvieran abiertas a más alumnos). 

El caso es que este año, especial por cuanto que se extingue la licenciatura de Psicopedagogía, parecía que no iba a haber jornadas. Gracias al interés de algunos alumnos de 5º empezamos a pensar la posibilidad de organizar algo (especialmente gracias inicialmente a Isa Morilla, Elena Ortiz, Natalia Pato, Ana Belén Gutiérrez y Sara Simón). 

Un aspecto fundamental de este año fue partir del propio interés de los alumnos, de ahí que se decidió que el tema podría ser explorar las salidas profesionales de la carrera, ligadas al trabajo del psicopedagogo. 

Sólo quería expresar algunas impresiones generales de las jornadas. 

En la mesa redonda del miércoles 25 de mayo, tuvimos la suerte de contar con ex-alumnos de la carrera, dando ejemplos de diferentes opciones profesionales: desde la orientación educativa más clásica (María, Itziar), a orientaciones más ligadas a la intervención social (Ana Belén María), la investigación (Ana Belén García) y los recursos humanos (Luis y Juanjo). Por mi parte resultó muy interesante escucharles y aprender de sus experiencias, sobre todo de cómo animaban a probar, a explorar opciones, a continuar formándose, a afrontar los retos que salían, etc... Me gustó comprobar cómo con sus insuficiencias y huecos, la carrera les había aportado una base suficiente para seguir después por su cuenta. 

En la conferencia posterior, impartida por Luis García, pudimos reflexionar sobre una aproximación de la orientación basada en la Psicoterapia Operativa, en la que se intergraban varios niveles de intervención individual, grupal, familiar y comunitario. Rescato como temas interesantes la necesidad de recuperar una actitud clínica, entendida como acompañamiento, en relación al trabajo del orientador con los alumnos,  los profesores y los padres. La importancia de promover, movilizar cambios y al mismo tiempo generar espacios de contención, expresión y cuidado. Dejo aquí un enlace a la revista huellas por si alguien quiere seguir explorando por su cuenta, y aquí un artículo publicado por Luis García, que contiene muchos de los temas tratados: la psicopedagogía desde una perspectiva operativa

Al día siguiente, el jueves 26, reanudamos las jornadas con la ponencia de Ángela Prieto, también una ex-alumna, que compartió con nosotros cómo había desarrollado una carrera profesional como autónoma, desde la creación de  un gabinete junto a dos compañeras de carrera, Antígona, y su participación actual en otro gabinete con otros profesionales en Madrid. Creo que Ángela proporcionó muchas ideas acerca de qué se experimenta cuando se opta por la posibilidad de generar un proyecto profesional como autónomo: el miedo y el vacío iniciales, la inseguridad que dan paso a un sentido de seguridad y libertad, arraigados en la confianza en uno mismo. Igualmente mencionó el valor que aporta un psicopedagogo cuando trabaja con otros profesionales, como psicólogos, al aportar su visión de la educación (integrada con otras cuestiones más clínicas). 

Tras esta conferencia iniciamos el taller de formación de la identidad profesional, que organizamos y preparamos Gloria Nogueiras y yo. Ahora con unos días de distancia, creo que construimos entre todos, como plantearon Luis y Ángela, un espacio de vinculación y contención. Creo que se pudieron expresar muchas emociones relacionadas con el miedo, la inseguridad, la frustración y la rabia (vinculados con momentos paradójicos y absurdos vividos durante la carrera) pero también la ilusión y la esperanza. Principalmente trabajamos la idea de tratar de construir un sentido de dirección, más allá de los objetivos que se fueran cumpliendo (y diferenciar desde luego lo que es una dirección de un objetivo). También empezar a ser conscientes de cuál es nuestra identidad profesional, tanto la que se tenía como la que está aún formándose, en un proceso de llegar a ser o de devenir. Un tema fundamental, extraído de las sesiones previas, era la necesidad de inventarse las funciones del psicopedagogo, de explorar nuevas opciones, de crear nuevas posibilidades, y no seguir sin más las opciones más oficiales ligadas a las oposiciones. 

El viernes, tras superar la tremenda tromba de agua que cayó sobre Alcalá de Henares, Elena Ortiz e Isabel Morilla llevaron adelante un taller de conclusión y cierre, francamente interesante, sobre todo por el buen clima que crearon. Todos los participantes tuvieron la oportunidad de reflexionar y compartir con qué se quedaban tras su paso por el taller y por la carrera. Hubo de nuevo momentos impactantes muy ilustradores, muy buen ejemplo de la calidad que puede emerger cuando la gente participa activamente de un proceso del que se ha apropiado y siente como propio. Creo que muchos participantes integraron la queja para reconocer también lo que habían desarrollado y aprendido durante todo este tiempo, y fue bastante interesante por mi parte (y la de otros profesores presentes) ser testigo de todo ello. 

Tras esto, finalizamos con un breve aperitivo en la facultad, en la que se nos unieron alumnos pertenecientes a distintas promociones, amenizados por un cuarteto de clarinetes y percusión. Creo que la facultad necesita más música, más espacios para la expresión artística. Fue genial ver los pasillos de la facultad siendo utilizados por otros fines más festivos. Y fue también una oportunidad de reconocer y valorar los diez años de la licenciatura. Agradezco especialmente el discurso improvisado de Mª Mar del Pozo (a quien estuve sirviendo más vino de la cuenta, para que se lanzara) y el discurso de Ángel Lázaro tras recibir un regalo de parte de sus compañeros por iniciar las jornadas de psicopedagogía. 

A todos los que estuvieron presentes en las jornadas y las hicieron posibles, muchas gracias. A los profesores Leonor, Jose Juan, Isabel, Ana Belén, Héctor y Lola, y desde luego a los alumnos de 5º que acudieron, en una semana en la que podrían haber estado preparando carpetas y estudiando exámenes, pero prefirieron estar aquí. 

 

Por cierto, en este enlace podéis ver algunas fotos que fui sacando. 

Un saludo

 

Alejandro

5 comentarios

Alejandro -

Hola a todos

Después de leeros creo que vuelvo a pensar en la importancia que tiene que nos cuidemos. Esta profesión nuestra es compleja, y creo que tenemos que aprender a dosificar esfuerzos, a desarrollar estrategias de actuación indirecta (sobre todo en contextos de asimetrías de poder), de conocer nuestros principios para gestionarlos y adaptarnos a las situaciones con flexibilidad, en vez de estar sujetos a ellos, etc... etc...

Un buen amigo, en relación a la docencia en la universidad (pero aplicable a cualquier organización de enseñanza) defendía que lo fundamental era trabajar con personas con las que se estaba a gusto, con las que se tenía cierta afinidad, y desde ahí realizar proyectos conjuntos. Por un lado creo que esto es fundamental, y una forma fundamental a la hora de cuidarse. Por otro lado, creo que es una buena base para acercarse a otros grupos y tratar de argumentar y discutir. Esto es mucho más difícil. El problema es que este tipo de acercamientos directos suele fortalecer los puntos de vista propios, más que generar diálogos fértiles. Otra vía podría ser que fuera la propia práctica y sus resultados, los que vayan hablando por uno mismo. Más lento, pero creo que más gratificante.

Bueno, gracias Juanjo (te hubieran gustado las jornadas), Elena (fue un placer trabajar y aprender contigo) y al Psicopedagogo en ejercicio, nos tomamos un café cuando quieras.

Un abrazo

Alejandro

Juanjo -

Hola a todos!

Quería comentarle al “Psicopedagogo en ejercicio” que creo que notar que diferentes contextos evocan diferentes estados y habilidades de nosotros es mucho de por sí y entiendo que en cierto modo, ajustarse a los requisitos sociales en un contexto laboral o cualquier otro, pueda parecer como “falso” o como dices, crear un sentimiento de impotencia al no poder “romper los esquemas limitadores de la cultura magisterial tradicional”.

El caso es que la interacción social puede generar diferentes estados y patrones; patrones que muchos se han ido desarrollando desde la infancia y que están en continuo desarrollo, como la resiliencia emocional, la enmascaración de la emoción interna o el humor para comunicarnos a diferentes niveles. Creo que son un mecanismo de adaptación importante en cualquier contexto y por tanto, no hay nada de malo en un proceso de supervivencia como éste. Otra cosa es cómo todo eso se integra.De momento, en mi caso y ante estos asuntos reacciono con patrones de alejamiento. Quizás el hacerlo consciente lleve consigo el generar nuevas posibilidades y alternativas. No sé, confío en que sea un primer paso.


Saludos y ánimo

elena -

¡Hola!

Nunca había comentado en tu Blog, sólo había entrado a cotillear alguna vez, pero unas preguntas muy difíciles (a tu estilo) sobre la utilidad de los Blogs me han hecho pensar en que quizá te podría hacer ilusión, como me la hace a mi tus comentarios... o quizá no, pero al menos te saludo (¿qué tal?). Tu siempre explicas sin explicar, respondes sin responder...y, como yo no tengo la habilidad de hacer eso, simplemente ni me había planteado escribirte. Qué cosas... ¿lo haría inconscientemente?

Y entre responder a las preguntas difíciles y que mi nombre está en tu Post, me he animado a ponerte algo.

Gracias por hacer posibles las Jornadas. Aunque te encargaras tú de la mayor parte de la organización, he aprendido muchísimo.

Haciendo balance de lo que ha sido la carrera, y comparando, me doy cuenta de que ha supuesto grandes cambios en mi vida. En esos pensamientos sales tú, y por supuesto salen también las Jornadas.

Aunque eché en falta a colegas tuyos (yo no entiendo de guerras frías), creo que fueron muy positivas para todos. Para mi desde luego lo fueron.

Siempre tendré un buen recuerdo la las Jornadas (¡las mías!), aunque fueran malas fechas, aunque no viniera toda la gente que esperábamos, aunque perdiéramos a una compañera por el camino, aunque nos empapáramos enteros aquel día...

Ha sido una gran experiencia, y ha sido muy agradable compartirla contigo, con Isa (de la que también he aprendido mucho. thank you!), con los ponentes tan entregados que han venido y con todos mis compañeros de 5º de psicopedagogía, con los que he pasado 2 años maravillosos.

Ahora empiezan nuevos tiempos para la Carrera, y para mi también. ¿Qué será de mí la psicopedagoga?

Un abrazo.

Psicopedago en ejercicio . -

Hola a todos/as

Hace ya cinco años que cursé la licenciatura de Psicopedagogía. Cuando escuchaba los comentarios de mis propios compañeros que tenían la suerte de estar en activo,bien refiriéndose al director de su centro, bien aludiendo algún compañero.Pensaba que exageraban un poco en sus posturas de crítica.

Pero ahora que trabajo dentro del sistema educativo( soy afortunado), me doy cuenta de lo duro que es estar en estructuras asimétricas de poder.

Se necesita ser muy resiliente, y tener mucha capacidad de humor, y también porqué no decirlo renunciar en ocasiones a una serie de principios sino quieres tener demasiados enemigos.

En ocasiones pienso que todo esto no pasa en balde para los niños, y esto me hace sentirme muy mal. El no tener valor para tratar de romper esquemas limitadores de la cultura magisterial tradicional también pasa factura , a veces entro en etapas de depresión.

Un saludo

Juanjo -

Hola a todos!!

Lo primero felicitaros por las IX Jornadas, supongo que es difícil hacerse a la idea de la gran cantidad de trabajo que hay tras ellas y de la cantidad de recursos de todo tipo que moviliza. Aunque se trate de un producto, que es lo que al final ve el público hay una gran cantidad de habilidades en desarrollo y de implicación de los participantes, así que ¡¡¡Enhorabuena!!!

Quería comentar, acerca del taller de identidad profesional, con las limitaciones que conlleva el no haber participado, pero no por ello menos importante, el fenómeno tan peculiar de cómo se crea la sensación de coherencia, de integridad de las identidades a lo largo del tiempo y que, de no suceder, puede generar conflictos diversos, o no.

Y me viene esto a la mente porque en alguna otra ocasión habíamos hablado de si la identidad como algo dado, como la asunción de roles, si se trata de algo estático, dinámico, como un recurso que una persona pone en práctica en contexto determinado,... y sobre esto último, cabe la posibilidad que cuando se desarrollan identidades tan especializadas, llevadas por un proceso de adaptación a un contexto laboral por ejemplo, puede experimentarse un sentimiento de pérdida de autenticidad o de una “falsa identidad”, es como que sobrevuela un sentimiento de culpa,...

Creo que al incorporarte a una institución, con su estructura de poder y con una política empresarial concreta gestionar este tipo de conflictos, que pueden o no surgir, es una habilidad necesaria e imprescindible.

Saludos.