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El viaje de Telémaco

Volviendo al tema de las competencias

Volviendo al tema de las competencias

Uno de los temas que más me están ilusionando este curso es poder profundizar en este tema de las competencias. Los nuevos planes giran alrededor del desarrollo o fomento de competencias, aunque parece haber un gran desconcierto sobre qué son, cómo diferenciarlas de los objetivos, cómo evaluarlas, cómo enseñarlas, cuestiones acerca de si los profesores sabemos hacer aquello que debemos enseñar y qué procesos difieren a la hora de adquirir algo y a la hora de enseñarlo y/o evaluarlo.

Todas estas cuestiones surgieron, por ejemplo, en uno de los grupos de innovación en los que participo como facilitador, en la facultad de Fisioterapia. Es un tema que les preocupa, y a mí también, a qué negarlo.

El año pasado lo trabajamos específicamente en varias ocasiones durante el curso de experto en docencia universitaria. Este año empezaremos a trabajarlo de nuevo el próximo jueves.

De nuevo viene Tim este jueves. A mi me encantó el taller del año pasado (en cierta manera un triple taller, tres sesiones diferentes trabajando el mismo tema de tres maneras diferentes). Para mi fue de lo más estimulante y desafiante.

De hecho llevo todo el año tratando de desarrollar lo que aprendí durante dicho taller, utilizando las distinciones de procedimiento, proceso y patrón por un lado, y protocolo, política y principio por otro.

Gran parte de mis innovaciones este año en la asignatura de psicología de la infancia y la adolescencia están relacionadas con esto, intentar trabajar al menos una competencia muy específica y seguirle la pista cómo lo hago, las dificultades que tengo de ir evaluándolo y en base a eso qué modificaciones voy introduciendo. Incluso en mi curso de doctorado sobre aprendizaje colaborativo estoy especificando más las competencias con las que trabajo. En el grupo de innovación, tendré más oportunidades de trabajarlo, desde otra perspectiva.

Hoy en clase he comprobado que la adquisición de nuevas maneras de proceder es mucho más complejo de lo que parece. La exigencia es mucho mayor para todos, pero igualmente creo que los resultados pueden ser también mucho más satisfactorios. Yo al menos estoy disfrutando, ja... espero no ser el único.

Espero poder escribir un poco más sobre este tema más adelante. Aún tengo el tema muy abierto como para concretarlo en palabras, pero me gustaría poner varios ejemplos de trabajo de competencias en áreas diferentes relacionadas con la psicología y por ejemplo con el karate, la cocina etc...

De momento poco más.... un saludo

 

Alejandro

7 comentarios

Aure -

Hola:
Ayer me decías que no escribía ya en el blog... andamos mal de tiempo. Pero…¡Aquí estoy!.
Creo que hay una clave "mágica" que mencionas y leo por primera vez "por estos lares" y es que si haces las cosas con cariño, si pones amor en aquello que realices... no solo "se borda" (como los trajes valencianos) sino que llega, y no solo llega "empapa y cala" porque la pasión en la enseñanza, en la cocina o en el Kárate… sí… aquí también… se trasmite.
Aunque (no sé muy bien porqué), normalmente los sentimientos se oculten, todos y digo TODOS/AS estamos receptivos y deseosos de recibir algo que lleve una carga "emocional" importante.
Y es en el profesorado, quizás, donde más se note y de alguna manera silenciosa... más se demande.
¿Por qué llega Tim como llega? ¿Qué hace que 20 pares de ojitos no retiren su atenta mirada del profe? ¿Cómo se llaga traspasando una mesa y veinte pupitres hasta el corazón y la memoria de quien te escucha? ¿Cómo haces que una lección viaje “más allá del cuaderno y del recuerdo?
Ya echaba yo de menos estos ratitos…
Un beso. Aure

Marina -

Alejandro, este año en mi centro también estamos con eso de las "competencias" y me he puesto a estudiar (no muy a fondo) sobre ello.
Una competencia es la capacidad de poner en práctica de forma integrada: conocimientos, habilidades, actitudes, para resolver situaciones y problemas en diferentes contextos: escolar, familiar, social, laboral.... Es UN SABER HACER.

carmen -

Hola a todaos los que leemos este blog,normalmente no escribo, pero hoy que tengo tiempo voy a decir una cosita. Cuando he leído el "no comment" del post de Alejandro he pensado ¡qué exagerao!, cuando he leído el artículo he pensado ¡se ha quedado corto! y he comprendido el no comment porque no es para un comment sino para un libro, pero como por aquí andamos de buen rollito que parece que este señor no tiene, se me ha ocurrido ¿por qué no le invitas a una clasecita tuya? a lo mejor le mola y a lo peor le da un infarto.

Bueno, voy a ver si "amo el conocimiento" un poco,ja,ja,ja
chao

Asun -

Hola,

leí la columna de que hablas, y estuve pensando mucho tiempo sobre ello.

No estoy de acuerdo en que sólo sabiendo algo ya seamos capaces de transmitirlo bien, no, creo que para eso también se tienen que desarrolar competencias adecuadas y éstas van más allá del mero entusiasmo por la materia.
Pero sí estoy segura de algo, y quiero llamar la atención sobre ello, pues creo que hoy día se pone demasiado énfasis en lo de enseñar a aprender a aprender etc, y se olvida bastante el tema de los contenidos: yo creo que sí es importante saber extensamente sobre aquello que vamos a enseñar, vamos que sin una adecuada base de contenidos vamos a enseñar mucho peor que si somos expertos en el contenido de los temas que vamos a transmitir a otros.
Creo que sí puedo encontrar relación entre saber algo bien y saber comunicarlo bien: si no lo sé bien no lo puedo comunicar bien y al revés si no lo logro comunicar bien no creo que lo sepa bien del todo.
De hecho una de las actividades que se hacen para comprobar si un niño sabe algo es animarlo a que lo explique adecuadamente a un compañero.

Bueno no sé si dejo más lío, pero animo a que pensemos y no seamos restrictivos, ni en una dirección ni en otra.

Un beso navideño para todos los lectores de este animado blog.
Asun

Gloria -

Hola Alejandro,

me alegro mucho de que vayas más allá y no te quedes con lo ya adquirido, por eso te agradezco que estés depositando esfuerzo y ganas en el tema de las competencias para aprender... como yo creo que mejor se aprende: usándolas como eje de tus clases, siguiéndoles la pista bien de cerca durante su implementación para después evaluarlas; yo confío en todo lo positivo que reportarán.
¡Oye! estaría muy bien escribir sobre el Karate, como decías, supongo que a modo de ejemplo para facilitar a la gente la comprensión de algo todavía tan difuso como parecen ser las competencias.

Sobre el artículo de Andrés de la Oliva pues... ¿qué decir? Sólo que yo no creo que grandes dosis de entusiasmo sean el requerimiento indispensable y suficiente para saber enseñar a alguien. Por supuesto, lo veo indispensable pero... algo falta y no creo que sean precisamente más y más formación en contenidos del profesorado (“Si no se sabe cómo enseñar algo es porque no se sabe suficientemente, y la consecuencia es que hay que estudiarlo más y mejor”). Mira que puede haber grandes eruditos, apasionados incluso por un tema en particular pero que no sean capaces de “llegar” a otros, de transmitir algo.

Laura -

Hola
Pues creo que es un tema que incluso ya le preocupaba a Huarte de San Juan allá por el año 1575... Quizás sus aportaciones en su "Examen de los ingenios" podrían aclarar un poco ese desconcierto al que haces referencia.
Un saludo

Alejandro -

Por cierto, que acabo de leer la columna publicada ayer titulada "La estafa del enseñar a enseñar" (http://www.elpais.com/articulo/educacion/estafa/ensenar/ensenar/elpepuedu/20081208elpepiedu_3/Tes )

Es curioso. Lo que acabo de escribir se encuentra justamente en una posición opuesta. En la columna se prioriza una concepción de la enseñanza basada en la transmisión de los contenidos. Curiosamente si el profesor ama lo que enseña es suficiente para "mágicamente" que el alumno lo reciba. Es curioso cómo conviven actualmente nociones de la enseñanza tan diferentes. Leedlo que no tiene desperdicio, aunque al menos para mi sea porque pienso de manera muy diferente a lo que ahí se plantea.

Parece que sólo se necesita práctica enseñando para saber enseñar. Parece que no existe una competencia para enseñar, sólo es necesario tener muy claro el contenido a enseñar (se prioriza al profesor de nuevo no al alumno) y expresarlo con entusiasmo, el resto viene solo...
En fin... no comment...

Alejandro